La comisión del Parlamento Europeo encargada de esclarecer las denuncias sobre la red de espionaje Echelon concluyó que "no hay ninguna razón para seguir dudando de su existencia a nivel mundial", aunque no tiene "ni por asomo" las dimensiones que se presuponían.
Esta es la conclusión fundamental a la que llegó, después de un año de trabajo, la comisión temporal de la Eurocámara, creada en junio de 2000, con el fin de verificar la existencia del sistema de intervención de telecomunicaciones conocido con el nombre de Echelon .
Tanto el presidente de la comisión, el portugués Carlos Coelho, como el autor del informe, el alemán Gerhard Schmid, comentaron ayer que el documento será votado a mediados del próximo mes de junio en la comisión parlamentaria.
El informe, de 120 páginas, resalta en sus conclusiones que el sistema de interceptación de comunicaciones Echelon, en el que participan Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Australia y Nueva Zelanda, "sirve para interceptar comunicaciones privadas y de carácter económico, pero no militares".
Señala que se trata de un sistema de interceptación "en escala mundial de las comunicaciones por satélite".
No obstante, destacó que las investigaciones demostraron que los estados participantes en el sistema "solo tienen acceso a un porcentaje muy escaso de comunicaciones por cable o radio".
Con respecto a la compatibilidad con el derecho de la UE, el informe señaló que si se utiliza "exclusivamente para fines de información, no habría ningún tipo de contradicción", pero sí cuando se utiliza "para espiar a la competencia".
Acerca del respeto a la vida privada, subraya que interceptar las comunicaciones supone una injerencia contra la vida privada de la persona.
En relación con el espionaje económico, recuerda que durante muchas veces se ha utilizado con el fin de conocer la evolución de las distintas empresas en el extranjero.