Fruto de la Guerra Fría, el Tratado de Misiles Antibalísticos (ABM, por sus siglas en inglés), fue firmado en 1972 por Estados Unidos y la antigua Unión Soviética.
Dicho acuerdo limitó el desarrollo de sistemas de defensa antimisiles, y solo permite la creación de dos zonas (una para cada nación) que protejan su ciudad capital.
Cada una es muy restringida a fin de que no pueda dar cobertura nacional, ni convertirse en la base de un sistema de tan amplio rango.
En detalle
El acuerdo expresamente prohíbe el desarrollo de sistemas de defensa que den cobertura total al territorio de cada país, deja casi intacta la capacidad de penetración del arsenal "disuasorio" del otro país.
El Tratado también limita a un máximo de 100 los cohetes interceptores que puede tener cada país para defender su ciudad capital.
Además limita la ubicación de radares para detectar ataques con misiles, a fin de restringir su capacidad defensiva.
Para limitar la presión de los avances tecnológicos, el ABM prohibió expresamente el desarrollo, prueba y construcción de sistemas de defensa móviles, ubicados en el espacio exterior, sistemas marinos o aéreos.
Sin embargo, Estados Unidos considera que el acuerdo fue suscrito en una época diferente y es hora de "superarlo".
"No podemos permitir sus restricciones" hacia la tecnología estadounidense, sostuvo.
El Tratado está "diseñado para evitar que vayamos en esta dirección" de un sistema de defensa antimisiles. Esa era "no existe más", declaró el secretario de Estado, Colin Powell, días atrás.
"Si no hay mañana un tratado sobre misiles antibalísticos, no hay ninguna nación que vaya a apresurarse para comenzar con la fabricación de armas nucleares", puntualizó, y agregó que Washington aclaró que va a "ir adelante con la defensa antimisiles".
Rusia y China se han opuesto a la posición estadounidense, debido al temor de que la destrucción del tratado ABM podría desembocar en otra carrera armamentista.