Régimen de Nicolás Maduro regala muñecos de ‘superhéroes’ inspirados en pareja presidencial para Navidad

Nuevamente el régimen de Nicolás Maduro dio de qué hablar y creó polémica, pues regaló numerosos muñecos inspirados en el gobernante y en su esposa, Cilia Flores, a millones de niños en Venezuela para Navidad.

“Súper Bigote” y “Súper Cilita”, son los nombres de las figuras de acción, que utilizan capa, guantes y hasta tienen su propia insignia, tal y como los superhéroes que admiran los infantes.

De acuerdo con informaciones de los medios locales, al menos 12 millones de juguetes de este tipo fueron entregados en distintos sectores del país; sin embargo, la comunidad que más recibió estos regalos fueron las que sufrieron deslaves a principios de octubre, como Las Tejerías, en Caracas.

“Los niños de verdad que están muy contentos y complacidos con estos juguetes”, dijo la vicepresidenta ejecutiva, Delcy Rodríguez, en el canal estatal VTV. Además de los muñecos inspirados en la pareja presidencial, el régimen también regaló bicicletas.

LEA MÁS: Nicolás Maduro dice que ‘conspiración’ parlamentaria en Perú llevó a Castillo ‘al extremo’

No obstante, los opositores no tardaron en pronunciarse en contra de la entrega de muñecos. Por ejemplo, la dirigente sindical Belkis Bolívar aseguró que el gobierno debería poner atención en otras cosas, antes de crear juguetes con los rostros de Maduro y Flores.

“Las prioridades del gobierno están invertidas, regalan juguetes ideologizantes a los niños, pero les niegan el derecho a una educación de calidad, a tener un sistema de salud digno”, reclamó la dirigente de la Federación Venezolana de Maestros, según consigna la Agencia EFE.

Asimismo, Bolívar aseguró que el crear estos juguetes representó un gasto “irrelevante” y dejó de un lado “lo realmente importante como lo es el servicio educativo”. “Mientras tanto, nuestras escuelas se están cayendo, los docentes mal pagados, sin seguridad social. Los hospitales también (están) con muy pocos insumos o ninguno, el personal de salud con salarios muy bajos”, agregó la sindicalista.

Polémica de zapatos

Copiado!

Lo cierto es que el sector educativo es uno de los que más sufre las consecuencias. Según la docente, Elsa Castillo, el régimen le debe a cada educador más de 1.600 días de salario, por lo que ni ella ni sus colegas pueden comprarse cosas básicas, como ropa y zapatos para trabajar.

En una sus intervenciones en la televisión estatal, Maduro mostró varios modelos de zapatos para los maestros. “Le van a costar 9 bolívares directamente y usted va a poder comprar sus zapatos bellos de gala, de hombre, de mujer, mire estos zapatos que bellos para las maestras y los maestros del país”, dijo el gobernante mientras sostenía el calzado.

Lo anterior ocasionó que la profesora Castillo le respondiera al jerarca por medio de la prensa. “Nos quitas el salario, nada más y nada menos que del último contrato nos debes el 280%, más el 5.200% que no nos diste del incremento que nos tocaba en el 2018, más los días de descanso de acuerdo con la Ley Orgánica del Trabajo, que no nos pagas”, reclamó.

LEA MÁS: Oposición venezolana avanza para eliminar ‘gobierno interino’ de Guaidó

De acuerdo con la educadora, esa cantidad de dinero que les debe a su gremio el Estado, es para que los maestros vayan a una tienda y se compren los zapatos que “les dé la gana”. “Eso se llama totalitarismo”, aseveró la docente, cuya respuesta se hizo viral en redes sociales.

Por otro lado, según datos del Instituto de Altos Estudios Sindicales de Venezuela, durante noviembre se registraron 67 conflictos laborales, en su mayoría del sector educativo y sanitario. “El mayor porcentaje de conflictos fue protagonizado por trabajadores del sector educación, hasta con 4.068% del total del mes”, indicó la organización en su boletín informativo mensual difundido en su página web.

Según la misma entidad, el segundo sector con mayor cantidad de reclamos laborales fue el sanitario (13,56%). La organización explicó que los principales motivos de reclamo fueron por los bajos salarios (64,18%), seguido de las malas condiciones de trabajo (10,45%).