Brasilia. El centroizquierdista Ciro Gomes, un temperamental abogado y caudillo del nordeste, podría tener, con sus 12,5% de votos, la llave de la Presidencia de Brasil.
A sus 60 años, este jefe de una poderosa familia del estado de Ceará, se dejó la piel en su intento de posicionarse como una tercera vía entre el ultraderechista Jair Bolsonaro y Fernando Haddad, del Partido de los Trabajadores (PT) del encarcelado expresidente Lula da Silva.
Los sondeos fueron desinflando sus pretensiones de capitalizar el descontento del votante progresista harto del 'petismo', al que muchos asocian con la corrupción y el desbarajuste económico.
El resultado del domingo lo deja lejos del segundo turno, el 28 de octubre, consecuencia en parte, según analistas, por las pocas alianzas que logró trabar para lograr recursos y tiempo de propaganda televisiva gratuita.
Sin embargo, ahora sus votos, que suman más que los del centroderechista Geraldo Alckmin, podrían cubrir una parte importante de la brecha de 17 puntos que separan a Bolsonaro (46,04%) de Haddad (29,26%). Y tener un impacto psicológico capaz de atraer otras adhesiones.
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Gomes, que fue ministro de Integración Nacional de Lula, dijo que discutiría con los líderes del Partido Demócrata del Trabajo (PDT) la posición para la segunda vuelta, pero adelantó un más que probable apoyo: “Haré lo que hice toda mi vida, que es luchar por la democracia y contra el fascismo”, declaró.
Esa buena disposición no es tan evidente como aparenta, dado que este caudillo nordestino fustiga con igual ímpetu al presidente saliente Michel Temer que la corrupción en el PT.
En su tercer asalto a la presidencia, este experimentado político ha vuelto a dejarse llevar por su impetuosidad.
Su incontinencia verbal le ha valido la apertura de más de 70 procesos judiciales.
Jefe de una poderosa familia del estado de Ceará y dueño igualmente de una fina oratoria, Gomes fue alcalde, gobernador, diputado y dos veces ministro, una trayectoria que le ha llevado por siete partidos del arco parlamentario.
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Ocupó la cartera de Hacienda en 1994 (bajo la presidencia de Itamar Franco), en el primer año de aplicación del Plan Real contra la hiperinflación, y fue ministro de Integración Nacional de Lula, de 2003 a 2006.
Fue, además, investigador visitante en la Universidad de Harvard.
Sin falsa modestia, este cacique afirma ser el político "experimentado, honesto y con autoridad" que el gigante latinoamericano necesita para superar su crisis y su polarización.
Su vida privada ha sido bastante agitada.
Padre de cuatro hijos, Gomes vive ahora con su cuarta pareja conocida, Giselle Bezerra, una productora de televisión de 39 años y exbailarina de Xuxa.
En 2002, cuando estaba casado con la famosa actriz Patrícia Pillar, dijo que si fuera electo presidente, el papel de la primera dama sería simplemente el de "dormir" con él.
Confesando haberse criado en un ambiente “machista”, asegura que esa “broma” fue probablemente “el mayor error” de su vida.