El ministro hondureño de Seguridad, Óscar Álvarez, reveló que sicarios colombianos estarían ejecutando las masacres de personas en el norte del país, informó ayer la prensa local.
El alto funcionario dijo que detectaron la entrada al país “de sicarios colombianos, quienes ya fueron identificados como especialistas en operaciones marítimas”, según publicó ayer el diario La Prensa.
“Se trata de verdad de sicarios colombianos, especialistas en operaciones marítimas; o sea, que operan en las costas de los países para mover drogas o asesinar a personas cuando es necesario”, añadió.
Informó de que hondureños también participan en estas actividades ilícitas, que siembran la violencia en el país centroamericano.
La policía hondureña investiga si estos grupos están ligados a la muerte de dos familias en las ciudades de San Pedro Sula, Choloma y Cortés, en el norte del país.
Esta información también fue confirmada a La Nación por Wálter Flores, coordinador de la Policía de Investigación de ese país.
El funcionario dijo que su dependencia efectúa “arduas” investigaciones, las cuales apuntan a grupos de sicarios como los responsables por estos crímenes.
En la mira
El ministro Álvarez reveló que identificaron al narcotraficante hondureño Álex Adán Montes Bobadilla como el actor intelectual de ambas masacres, en las que perdieron la vida 11 personas, entre ellas tres menores de edad.
“Lo más lamentable son la sangre de vidas inocentes como en el caso de tres niños, eso es repudiable”, agregó el Ministro.
Dijo que según las investigaciones, Montes Bobadilla es una de las principales figuras del cartel del Atlántico y que su función “es colocar droga y hacer pedidos porque ya tiene la confianza de personas en Colombia”.
Montes Bobadilla fue apresado por la policía hondureña en julio del 2003 con 432 kilos de cocaína, pero fue liberado el 10 de enero del 2004 por sicarios que le sacaron de una casa donde cumplía un arresto domiciliario en Trujillo, Colón, en el este del país.
Según Álvarez, el rescate de Montes Bobadilla costó la vida al menos a 20 personas, entre ellos varios oficiales.