La secta religiosa apocalíptica ugandesa estaba siendo investigada por las autoridades por abuso y secuestro de niños, dijo ayer la radio keniana citando a la prensa de ese país.
El periódico progubernamental ugandés New Vission aseguró que la policía de Mbarara, capital de la región donde se encuentra Kanunga, el lugar donde ocurrió la inmolación de 500 personas, entre ellas 78 niños el pasado viernes, informó haber ordenado con anterioridad el cierre de una escuela con 300 alumnos regida por los líderes religiosos de la citada secta.
Los padres de algunos de los menores acusaron a Joseph Kibweteere, líder del culto religioso, y a sus colaboradores más cercanos, sacerdotes y monjas católicos excomulgados, de causar daños físicos a sus hijos, además de forzarlos a trabajar en tareas propias de adultos.
La secta mesiánica, conocida popularmente como "el Movimiento para la Restauración de los Diez Mandamientos de Dios", estaba siendo investigada por la policía desde 1998 por diversas acusaciones de secuestro de niños y por el trato inhumano que les daban.
El grupo había construido el centro escolar y una iglesia como parte de un proyecto de desarrollo comunitario.
En esta misma iglesia, después de orar y entonar durante horas cánticos y ser cerradas con clavos las puertas y ventanas, los feligreses y líderes religiosos fueron rociados con gasolina y prendidos fuego, pereciendo todos ellos.
Los vecinos de Kanungu y de las localidades cercanas dijeron estar sorprendidos por lo que había sucedido ya que los seguidores del culto eran personas disciplinadas y que nunca habían causado problema alguno a la comunidad.
Dijeron también que desde principios de la pasada semana los seguidores de Kibweetere recorrieron Kanungu y las aldeas vecinas para despedirse de sus familiares y amigos, "absolutamente convencidos de que la Virgen María aparecería en su centro para llevarlos al paraíso".
También y aunque todavía no ha podido ser confirmado por la policía, las víctimas mortales fueron apremiadas por los líderes religiosos a que vendieran todas sus propiedades y enseres.