
Bogotá. (AFP). Una iniciativa de Francia para socorrer a la colombo-francesa Ingrid Betancourt, en poder de las FARC, se mantenía en vilo, mientras el presidente venezolano Hugo Chávez volvía a cobrar notoriedad en busca de una liberación que miles de colombianos reclamaron este viernes.
Varias marchas bajo el lema de "Todos somos Ingrid Betancourt" se realizaron en varias ciudades de Colombia y el exterior, para pedir la libertad de Betancourt y de 2.800 secuestrados.
A esa manifestaciones se unieron Gloria Polanco, Clara Rojas y Jorge Eduardo Gechem, tres de los cinco ex rehenes de las FARC liberados este año en forma unilateral como un gesto hacia Chávez.
El presidente venezolano, quien fue mediador ante la guerrilla de las FARC el año pasado, se ofreció la noche del jueves para ir con su par francés, Nicolas Sarkozy, a buscar en Colombia a Betancourt.
La mediación del presidente venezolano fue interrumpida por Bogotá en noviembre, por considerar que había dado excesivo protagonismo político a la guerrilla. Pese a ello, las FARC entregaron a delegados de Caracas, entre enero y febrero, a seis rehenes como un gesto unilateral.
"Yo estaría dispuesto, con Sarkozy, a ir a buscar a Ingrid", dijo Chávez en una cadena de radio y televisión en la que reveló detalles de la conversación telefónica sostenida con el mandatario francés.
La hermana de la rehén colombo francesa, Astrid Betancourt, invitó este viernes desde París a Sarkozy a tomar contacto con Chávez.
"Francia debe actuar en coordinación con el presidente Chávez, porque está probado que tiene los contactos, los medios de comunicación y sabe como hacer pasar los mensajes de todo lo que Francia puede ofrecer" señaló.
En tanto, la congresista colombiana Piedad Córdoba, que colaboró en la mediación de Chávez, reveló en Bogotá un video de uno de los rehenes que también urgió a la intervención del mandatario venezolano.
"Haga usted como buen soldado de (el libertador Simón) Bolívar lo imposible para sacarnos de aquí porque nos estamos pudriendo en esta selva", dijo Oscar Tulio Lizcano, secuestrado cuando era congresista hace siete años.
Por su parte, Miguel Angel Moratinos, ministro de relaciones exteriores de España, país que colabora junto con Suiza en la iniciativa humanitaria diseñada por Sarkozy, admitió en Bucarest que los mensajes de la guerrilla a la misión humanitaria "no son muy alentadores".
"Los mensajes que nos llegan de la FARC son reactivos, no muy alentadores", dijo en un encuentro con la prensa al margen de la cumbre de la OTAN.
El avión Falcon 50 francés con equipo médico permanecía apostado en el terminal militar de Catam, adjunto al aeropuerto Eldorado de Bogotá. Una fuente de la Fuerza Aérea Colombiana dijo que recibió combustible y está en condiciones de viajar.
Sarkozy envió la aeronave como parte de una misión previamente aprobada por Bogotá para atender en la selva a Betancourt y otros rehenes, cuya salud es muy grave según versiones de campesinos que circularon insistentemente en las últimas semanas.
Formalmente, el secretariado de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) no ha respondido a esta iniciativa.
Un texto de hace varios días difundido el jueves, del llamado "canciller" de esa guerrilla, Rodrigo Granda, advierte que los rebeldes no harán nuevos gestos sobre los rehenes ni liberaciones, si no se negocia previamente un canje.
Antes de ese pronunciamiento de Granda, la agencia Anncol -que difunde información de esa guerrilla-, también había descalificado el plan y tildado de ingenuo al Sarkozy.
El presidente colombiano Alvaro Uribe manifestó este viernes que tras ese pronunciamiento debe revisarse la situación jurídica de Granda, excarcelado en junio por pedido expreso de Sarkozy.
"La pregunta que debe hacerse es si el señor Granda está cumpliendo con el requisito de la ley de que gozaría de libertad para ser gestor de paz", dijo en un acto en Bogotá.
Uribe reiteró, así mismo, que no desmilitarizará zona alguna del territorio colombiano para negociar el intercambio humanitario, porque eso sería "un espuelazo que le de el terrorismo a la (política de) Seguridad Democrática".