Houston. Un ciudadano nicaragüense fue sentenciado a la pena de muerte en el estado de Texas por el asesinato de un profesor de secundaria, cometido hace tres años.
Bernardo Abán Tercero fue condenado el viernes pasado por un jurado al cabo de ocho horas de deliberaciones. Abán, de 23 años, fue hallado culpable por el asesinato del ciudadano estadounidense Robert Keith Berger, durante un robo frustrado.
Desde que se reinició el uso de la pena capital en Texas en 1982, se han efectuado 232 ejecuciones. En Estados Unidos, Texas es el estado que con mayor severidad ejecuta la pena capital. Solamente en este estado se realizan, anualmente, la tercera parte de las ejecuciones del total de Estados Unidos.
Más de la mitad de las ejecuciones se han llevado a cabo bajo el mandato del gobernador George W. Bush, el aspirante republicano a la Presidencia, quien insiste en la necesidad de aplicar la pena capital, y nunca ha conmutado la pena a quienes se lo han solicitado.
Berger fue muerto cuando entraba a una lavandería junto con su hija de tres años, mientras su esposa lo esperaba en el vehículo.
Abán admitió que tanto él como su cómplice, Jorge Becerril González, planeaban asaltar el local, pero que el tiroteo fue accidental. Becerril no ha sido aprendido por las autoridades.
Abán testificó que Berger fue el agresor y que ambos forcejearon por la posesión de un arma.
A pesar de los alegatos de Abán, los fiscales sacaron a relucir supuestos delitos, que este cometió tiempo después en Nicaragua.
El abogado defensor Gilbert Villarreal inmediatamente apeló la sentencia, alegando que Abán no recibió un juicio justo y poder desvirtuar a los fiscales.
La fecha de la ejecución no fue definida, y las apelaciones podrían prolongar durante años el proceso judicial.