Alessandra Mussolini, nieta del exdictador Benito Mussolini y una de las diputadas más famosas de Italia, decidió abandonar su partido, Alianza Nacional, por el “excesivo” arrepentimiento de su pasado fascista de su líder, Gianfranco Fini.
“Se ha sancionado una incompatibilidad y un prejuicio, no tanto sobre mis posiciones políticas como sobre mi apellido”, afirmó Alessandra Mussolini, al anunciar su paso al grupo mixto de la Cámara de Diputados.
Esta “espantada” de una parlamentaria conocida no solo por su ascendencia, sino también por sus posiciones progresistas en asuntos sociales y su militancia feminista, se produce al regreso de Gianfranco Fini del “histórico” viaje que hizo esta semana a Israel.
Tras muchos años de veto, debido a su pasado de nostálgico del fascismo, el líder de Alianza Nacional (AN) y vicepresidente del Gobierno italiano pudo remover el principal obstáculo para sus aspiraciones de ser un día el primer ministro italiano.
En el Museo del Holocausto de Jerusalén y en todos los actos públicos que siguieron Fini expresó, con más énfasis del esperado inicialmente, su condena del fascismo y de las leyes raciales de 1938, de las que ya había abjurado en los últimos años.
El colofón a este acto global de contrición fue el reconocimiento expreso de que había “cambiado de idea sobre Mussolini”, al que hace algunos años llegó a considerar “el más grande estadista del Siglo XX”.
En este giro radical del líder que, desde la órbita fascista del Movimiento Social Italiano (MSI), convirtió a AN en un partido simplemente derechista, con cerca de 15 por ciento de los votos a nivel nacional, se inscribe la decisión anunciada ayer por la nieta del Duce .
“En política, los sentimientos cuentan, cuenta el corazón, no solo las tácticas aviesas”, dijo Alessandra Mussolini para justificar su decisión, que calificó de “sufrida, meditada y responsable, porque tengo más sentido de la responsabilidad que Fini”.
La nieta de Mussolini, que por parte de madre es sobrina de la conocida actriz Sofía Loren, es una de las diputadas más combativas del Parlamento italiano, en el que defiende propuestas más progresistas que las de su partido en determinados temas sociales y, sobre todo, en lo que concierne a los derechos de la mujer.