
Managua. AFP. El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, reconoció la independencia de las repúblicas separatistas georgianas de Osetia del Sur y Abjasia durante un acto del ejército nicaragüense en el que también apoyó a Moscú.
Nicaragua “reconoce la independencia de Osetia del Sur y Abjasia”, decretada por sus respectivos parlamentos en agosto, anunció Ortega durante la conmemoración del 29.° aniversario del Ejército nicaragüense, realizada el martes por la noche.
Además, Ortega fustigó las “políticas hegemónicas” y el capitalismo global que “tratan de cercar a Rusia” e invierten millones de dólares a través de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) para “construir un cerco militar contra Rusia”.
“Como se desintegró la URSS (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas) y quedó Rusia que era la cabeza, ahora están apostando a desintegrar también a Rusia y hay todo un plan”, subrayó Ortega en su discurso.
Críticas. Se trata de una decisión “desacertada”, declaró Emilio Álvarez, excanciller nicaragüense, que evocó las “actitudes nostálgicas del señor Ortega” de cuando Nicaragua formaba parte de la estela de la extinta URSS.
Ortega, que encabezó la revolución sandinista desde 1979 a 1990, fue un fiel aliado de la entonces Unión Soviética en Centroamérica, que se convirtió en un campo de batalla de la Guerra Fría.
Álvarez recordó que esta decisión de Ortega puede traer consecuencias a una Nicaragua que negocia un Acuerdo de Asociación con la Unión Europea (UE), que junto a Estados Unidos lidera el rechazo de los países occidentales a la independencia de las dos repúblicas separatistas de Georgia.
Por su parte, Carlos Tunermann, exembajador de Nicaragua en la Organización de Estados Americanos (OEA), tildó el anuncio de Ortega de “declaración retórica” que “no tiene mayor trascendencia para el conflicto que se ha generado en esa zona”.
El diplomático considera que este anuncio de Ortega está “posiblemente” inspirado en razones políticas “para expresar el rechazo de la actitud de Estados Unidos en esa región”.
Georgia lanzó el 7 de agosto una ofensiva militar para retomar el control de esta región secesionista autoproclamada independiente al comienzo de los años 1990, lo que desencadenó un contraataque de Rusia, que envió tropas a territorio georgiano un día después, sin que se hayan retirado por completo.
El 26 de agosto Moscú reconoció la independencia proclamada por las dos repúblicas separatistas, pese a que la comunidad internacional, liderada por Francia, que ostenta la presidencia rotatoria de la UE, trataban de buscar una salida negociada al problema.