Las esperanzas de encontrar sobrevivientes entre las 229 personas que viajaban en el avión de Swissair que se estrelló frente a la costa atlántica canadiense se desvanecieron ayer mientras los socorristas recuperaban cadáveres de las heladas aguas.
El avión MD-11 de Swissair, que cumplía el vuelo 111 desde Nueva York con destino a Ginebra, se estrelló el miércoles en la noche en las costas de Nueva Escocia cuando intentaba realizar un aterrizaje de emergencia (Véase infográfico.)
Los socorristas habían encontrado horas después 36 cadáveres, dos de los cuales fueron arrastrados a la orilla.
El director ejecutivo de la empresa SAirGroup, matriz de la compañía Swissair, había señalado anteriormente que no creía que ninguna de las 229 personas hubiera sobrevivido.
"No tenemos la esperanza de que haya sobrevivientes", dijo Philippe Bruggisser a periodistas en el aeropuerto de Zurich.
Sin embargo, las autoridades de emergencia canadienses señalaron que algunas de las personas que viajaban en el avión podrían permanecer con vida.
Tanto Swissair como el avión MD-11 tenían antecedentes de seguridad excepcionales antes del siniestro.
Aún no se conocía la causa del accidente, pero la tripulación informó de que había humo en la cabina antes de estrellarse , mientras intentaban hacer un aterrizaje de emergencia.
Swissair dijo que en el avión viajaban 215 pasajeros, entre ellos dos niños, y 14 tripulantes.
Autoridades y voceros de la aerolínea señalaron que no había indicios de que la catástrofe se debiera a un acto terrorista, y que el avión -adquirido en 1990- había estado el pasado 10 de agosto en mantenimiento.
Mar dantesco
En total fallecieron 136 norteamericanos, 41 suizos (28 pasajeros y 13 tripulantes), 30 franceses, seis británicos, tres italianos, tres alemanes, un yugoslavo, un afgano, dos griegos, un iraní, un ruso, un español y un ciudadano de las Bermudas.
Entre los pasajeros se encontraba el prominente investigador Jonathan Mann, director del Programa Mundial sobre el Sida de la Organización Mundial para la Salud y jefe del programa de investigación del Sida de la Universidad de Harvard.
Barcos de pescadores recogieron los primeros cadáveres del mar antes del amanecer, en un ambiente que calificaron de "terrible".
"Los pescadores pedían por radio bolsas de cadáveres y en un momento instaron a la armada a que recogiera los cadáveres de sus barcos. Ya no quieren más cuerpos en sus botes", dijo el periodista de Canadian Broadcasting Corporation, Rob Gordon.
Gordon describió un espantoso escenario de búsqueda, con llamas que alumbraban cadáveres, extremidades, balsas despedazadas, salvavidas y partes del fuselaje flotando en el mar.
Los habitantes del pueblo de Blandford dijeron que escucharon al avión volar muy bajo y luego un ruido ensordecedor.
Entre sollozos, familiares de los pasajeros y la tripulación esperaban en el aeropuerto Cointrin de Ginebra, con la esperanza de escuchar noticias de sobrevivientes.