
PARÍS (AFP) Yves Saint Laurent, el modisto que dio nuevos aires de libertad a la mujer y creó un estilo revolucionario combinando lo femenino con lo masculino, murió el domingo en París a los 71 años, seis años después de su retirada profesional.
Su ex amante y socio durante más de 40 años, Pierre Bergé, anunció que Saint Laurent, uno de los hombres más influyentes de la moda del siglo XX, falleció de un tumor cerebral.
Las exequias de Saint Laurent tendrán lugar el jueves por la tarde en la iglesia Saint-Roch de París, a la que asistirán el presidente francés, Nicolas Sarkozy, y personalidades del mundo de la pasarela.
Sus restos serán "incinerados y sus cenizas conservadas en una sepultura en los jardines de Majorelle", en su propiedad de Marrakech, indicó Bergé.
Saint Laurent se retiró de la alta costura en 2002, después de cuatro décadas en la cumbre, vistiendo a figuras como Catherine Deneuve, Paloma Picasso, Bianca Jagger o Lauren Bacall.
"Fue el primero en poner pantalones a la mujer, el primero en ponerles esmoquin, el primero en ponerles ropa masculina, el primero en emplear a modelos negras", dijo Bergé. "Era audaz, revolucionó el mercado", añadió.
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, afirmó que "desaparece uno de los más grandes nombres de la moda, el primero que hizo de la alta costura un arte, dándole un alcance planetario".
El hombre que hizo lucir en las pasarelas a top-models como Jerry Hall, Claudia Schiffer, Laetia Casta o la actual primera dama francesa Carla Bruni fue "uno de los mejores diseñadores, uno de los pocos que alcanzaba la perfección con cada cosa que tocaba", declaró la modista británica Vivienne Westwood.
François Pinault, patrón del imperio de moda PPR, afirmó que "Yves Saint Laurent lo inventó todo y lo transformó todo al servicio de la pasión, para que la mujer brillara y liberara su belleza y misterio".
El francés Jean Paul Gaultier subrayó que el diseñador fue su "ídolo" un "modelo para ser seguido", mientras que el italiano Valentino habló de él como un "gigante" con una "imaginación sin límites".
Yves Henri Donat Mathieu Saint Laurent nació en Orán (Argelia) el 1 de agosto de 1936. Tímido, solitario, se fascinó muy pronto por la ropa. Cuando llegó por primera vez a París en 1953, a los 17 años, ya contaba con un sólido cuaderno de bocetos bajo el brazo.
En pocos meses, se ganó el respeto de figuras como Michel de Brunoff, el entonces redactor en jefe de la revista Vogue, quien recomendó a Christian Dior que lo contratara.
Su escalada fue tan rápida que Saint Laurent pasó a dirigir la firma a la muerte de Dior, tres años después.
Tras una breve participación en la guerra de independencia de Argelia, el modisto regresó a París para crear su propia firma, junto a su socio Bergé.
Su éxito residió siempre en la armonía que logró crear entre el cuerpo y la prenda, lo que llamó "el silencio total de la ropa".
También supo estar en el momento preciso en el lugar adecuado. Fundó su firma a principios de los 60, cuando el mundo estaba cambiando, hambriento de originalidad.
Saint Laurent emergió en un mercado joven de cultura pop en un momento en que las mujeres abrían nuevas brechas de libertad.
Sus colecciones traspasaron fronteras e inspiraron a artistas como Picasso, Mondrian y Andy Warhol, con quien fue visto en varias ocasiones, así como con el bailarín de ballet Rudolf Nureyev.
Su nombre y su logo YSL se convirtieron en sinónimos del último grito y a su imperio fue sumando nuevos productos y marcas, como Rive Gauche.
Pero su carrera también estuvo salpicada de controversia. En 1971, una colección inspirada en el estilo de la Segunda Guerra Mundial fue apabullada con críticas estadounidenses mientras que su perfume "Opium", lanzado a mediados de los 70, le valió acusaciones de alentar el consumo de droga.
Para su colega Christian Lacroix, la clave de su éxito fue su extraordinaria versatilidad.
"Chanel, Schiaparelli, Balenciaga y Dior hicieron cosas extraordinarias. Pero trabajaron con un estilo particular". "Saint Laurent es mucho más versátil, como una combinación de todos ellos", dijo Lacroix.
© 2008 AFP