
Riad. AFP. El rey Fahd de Arabia Saudí falleció ayer a la edad de 84 años, tras más de dos décadas de reinado sobre el mayor productor y exportador mundial de petróleo, y fue sucedido por su medio hermano, el príncipe heredero Abdalá ben Abdel Aziz.
Fahd, cuyo nombre significa "leopardo" en árabe, había llegado en 1982 al trono de Arabia Saudí, el país con mayores reservas de petróleo del planeta.
El príncipe heredero Abdalá ben Abdel Aziz, de 82 años, es el nuevo monarca, en tanto, el ministro de Defensa, Sultán ben Abdel Aziz, de 77 años, se convirtió en príncipe heredero, anunció la televisión oficial saudí.
Enfermo desde hacía varios años, el rey Fahd estaba hospitalizado desde el 27 de mayo. Su salud se deterioró a raíz de una embolia cerebral en 1995, obligándolo a dejar el poder en manos de su medio hermano Abdalá, quien gobierna de facto el reino desde hace años.
Las cuatro cadenas de televisión oficial saudíes, una de ellas en lengua inglesa, interrumpieron el lunes su programación para difundir versículos del Corán antes de anunciar la muerte del rey.
Dos guerras. Durante un reinado de más de 20 años, acortado por la enfermedad, Fahd tuvo que afrontar dos guerras del Golfo: la primera, en 1991, lo llevó a adoptar la histórica decisión de autorizar el despliegue de tropas estadounidenses en su país, que cobija los dos lugares más santos del Islam, la Meca y Medina.
También enfrentó, en los años 80, al desplome de los precios del petróleo, que lo condujo, desde 1986, a reducir los subsidios del Estado.
El rey Fahd, que se consideraba líder del mundo islámico, emprendió en 1992 las primeras reformas políticas del reino para intentar neutralizar a la oposición islámica, que criticaba la presencia estadounidense y la astronómica factura que debió pagar su país para financiar la primera guerra del Golfo.
Desde hace dos años, Arabia Saudí libra una lucha sin cuartel contra la red terrorista al-Qaeda, autora de una serie de atentados letales en el reino, que apuntan directamente al régimen, y no solo a los extranjeros que viven allí.
Tras el anuncio de su muerte, un responsable petrolero saudí indicó que su país continuará asegurando el abastecimiento necesario para la estabilidad del mercado petrolero mundial.