
Moscú. AFP y DPA. Dimitri Medvedev asumirá la presidencia el 7 de mayo, convirtiéndose en el tercer mandatario de la Federación de Rusia, luego de Boris Yeltsin y Vladimir Putin, quien seguirá sujetando en parte las riendas del poder como su primer ministro.
Rusia vivirá tres días de fiesta y solemnidad, que comenzarán con la ceremonia de investidura en el Kremlin y culminarán con un gran desfile militar el viernes en la Plaza Roja en presencia de Medvedev y de Putin, aún presidente en funciones.
Delfín de Putin, Medvedev, exprimer viceprimer ministro encargado de Sanidad, Vivienda y educación, obtuvo el 70% de votos en las elecciones presidenciales del 2 de marzo, en unos comicios puestos en entredicho por la oposición y Occidente.
Los rusos, que bajo la presidencia de Putin (2000-2008) recuperaron la estabilidad ausente en la era de Yeltsin (1991-1999), marcada por la crisis económica y las reformas impopulares, optaron por la continuidad, tras una campaña en la que el candidato del Kremlin acaparó todo el espacio público.
Durante su campaña, defendió una única directriz: fidelidad a Putin y continuidad de su política, caracterizada por un fuerte crecimiento económico (del 7 al 8%), gracias a los ingresos del petróleo y el gas, pero también por un retroceso de la democracia.
Putin, que no podía competir por un tercer mandato consecutivo tras ocho años en el poder, será el nuevo primer ministro.
Los observadores dudan de la capacidad de Medvedev de convertirse en el “auténtico” jefe de Rusia con un Putin que mantiene su influencia y goza del apoyo de los servicios de seguridad.
Putin asegura que Medvedev se ocupará de la política exterior y de la defensa, mientras él de cuestiones económicas y sociales.
Putin deja el poder con un índice de aprobación del 78% informó ayer la agencia oficial Interfax.