Las dos mujeres, una de Florida y la otra de Gran Bretaña, ambas de más de treinta años, se casaron en Toronto en 2005.
Sin embargo, el abogado del Departamento de Justicia Gaudet Sean dijo en una respuesta documentada a la solicitud de que no se puede conceder el divorcio porque no se casaron en el primer lugar.
"Ninguna de las partes tenía la capacidad legal para casarse con una persona del mismo sexo bajo las leyes de su respectivo domicilio - Florida y Reino Unido-", alegó.
"Como resultado, su matrimonio no es jurídicamente válido bajo la ley canadiense", sostuvo Sean.
Además, dijo, las parejas gay casadas están obligadas a vivir en Canadá por lo menos un año para poder aspirar al divorcio.
El caso, que decidirá el próximo mes por un juez de la Corte Superior de Ontario, podría afectar a más de 5.000 parejas de los Estados Unidos y otros países que en los últimos seis años han acudido a Canadá para casarse.