Con los votos de todos los partidos políticos, la Asamblea Legislativa aceptó el desesperado pedido del presidente, Francisco Flores, y declaró ilegales las pandillas o ‘maras’ en El Salvador.
Después de una prolongada discusión, 79 de los 84 diputados aprobaron la noche del jueves las observaciones formuladas por el mandatario el pasado 24 de julio, y cuando el decreto se convierta el ley –en los próximos días–, las ‘maras’ serán consideradas agrupaciones ilícitas.
Flores había demandado de la oposición legislativa para que endurecieran las leyes para combatir las pandillas juveniles y les dijo que debían decidir “si en El Salvador será o no delito pertenecer a una ‘mara’ criminal”.
Alcances
De acuerdo con la reforma al artículo 348 del Código Penal, los que conformen pandillas denominadas “maras”, con el fin de provocar desórdenes o intimidación, serán sancionados con prisión de tres a cinco años.
Los miembros de las llamadas “maras” podrán recibir castigos de cinco a 10 años de cárcel si realizan un homicidio agravado o un secuestro.
Si se tratara de robo, extorsión, lesión, privación de libertad, delitos sexuales o amenazas graves, podrían ir a la cárcel por ocho años.
Las reformas prohíben la conciliación en los delitos cometidos por los “mareros”.
Desde el 23 de julio, con fuerzas combinadas de la policía y del ejército, el mandatario puso en marcha el llamado plan “Mano Dura” para capturar a los miembros de las temidas pandillas conocidas como “Mara Salvatrucha” y Mara 18, pero debido a falta de legislación muchos de ellos han sido liberados y solo a una minoría se le ha decretado detención formal.
Se calcula que en El Salvador existen más de 20.000 “mareros” y, según el presidente Flores, quienes dirigen estos grupos tienen nexos internacionales y controlan el 80 por ciento de la droga en el país.
En Honduras
En la vecina Honduras, el presidente, Ricardo Maduro, alertó ayer a las autoridades de Guatemala, El Salvador y Nicaragua para que detengan a los pandilleros hondureños que intenten cruzar a esos países.
Maduro dijo a periodistas que los presidentes de los países vecinos han sentido que la ley contra las pandillas armadas, aprobada en agosto pasado por el parlamento hondureño, está dando resultados positivos, pero temen que se produzca un éxodo al resto de la región centroamericana.
El gobernante se refirió a las pandillas, conocidas como “maras”, tras una sorpresiva visita a la colonia marginal San Miguel, de Tegucigalpa, donde escuchó de sus vecinos que la calma ha retornado a ese sector tras la aplicación de la “ley antimaras”.
“No queremos mandarle un problema a los países vecinos, por eso les pedimos que los detengan, porque lo que queremos es meterlos a la cárcel, o rehabilitar a los que todavía tienen posibilidad”, subrayó el mandatario.
La ley aprobada por el Legislativo consiste en una reforma al Código Procesal Penal, que establece condenas hasta de 12 años de cárcel para los jefes de pandillas, reducida en un tercio a los que solamente son miembros.
Aunque la calma ha vuelto a muchas colonias marginales que durante varios años estuvieron bajo control de las “maras”, el presidente hondureño enfatizó: “No hay que confiarse porque algunos pandilleros se han dado a la fuga, varios están escondidos y otros en la cárcel”.