El ministro británico del Interior, Jack Straw, expuso su decisión de liberar al general chileno Augusto Pinochet en una respuesta parlamentaria por escrito al diputado laborista Paul Clark, hecha pública ayer.
El texto íntegro de la respuesta es el siguiente:
"He decidido hoy (ayer) que no ordenaré la extradición del senador Pinochet a España".
"Tomé esta decisión conforme a la sección 13 de la ley de Extradición de 1989. He pasado el caso al director de la Fiscalía para la consideración de la apertura de un proceso en este país, de acuerdo con el artículo 7 de la Convención de las Naciones Unidas contra la Tortura y otros Castigos, Tratamientos Cueles, Inhumanos o Degradantes".
"También he decidido no dar autorización para seguir adelante con las peticiones de extradición de Suiza, Bélgica y Francia".
"Todas las razones de mi decisión están en las cartas enviadas a las partes implicadas".
Los párrafos más destacados son los siguientes:
Tras examinar los alegatos de las partes contra el informe médico en el que se basó para denegar la extradición, "Straw (dice el funcionario de Interior) está convencido de que las conclusiones del informe original fueron correctas y que es certero considerar al senador Pinochet incapacitado para comparecer en un juicio".
"Se ha sugerido al ministro que la mayoría de las críticas al informe no afectan a las conclusiones (del documento) y desde luego no a las conclusiones que son decisivas sobre la capacidad del senador Pinochet para ser juzgado".
Las cartas recuerdan que las partes no han tenido acceso al historial médico del general ni le han hecho exámenes médicos: "Se ha sugerido al ministro que las críticas que sí afectan a las conclusiones no tienen justificación médica".
Acerca de los llamamientos de Bélgica, Francia y España para que se hagan nuevos exámenes médicos al general, el documento dice que serían innecesarios.
"Tras haber sido aconsejado sobre este punto, el ministro no considera que un nuevo reconocimiento pudiera aportar nueva información significativa.