
Biskek. AFP. El gobierno de Kirguistán decidió cerrar hoy, tal como quería Rusia, una base aérea estadounidense en esta ex república soviética de Asia Central que resulta vital para el suministro de las fuerzas de la OTAN en Afganistán.
El Poder Ejecutivo kirguís aprobó un proyecto de ley, que envió al Parlamento, "para cancelar el acuerdo con Estados Unidos sobre la presencia en Kirguistán de la base estadounidense", declaró el portavoz gubernamental Marat Kydyraliev.
Según él, el Parlamento examinará el texto el jueves, pero se da por sentada su aprobación ya que la Asamblea está controlada por los partidarios del presidente kirguís Kurmanbek Bakiev.
El acuerdo en vigor estipula que la base quedará cerrada seis meses después de que una de las dos partes denuncie el documento.
Bakiev ya había anunciado su decisión el martes en Moscú, al lado de su homólogo ruso Dimitri Medvedev, minutos después de que el Kremlin concediera a su país un crédito de $2.000 millones.
Hace tiempo ya que Rusia quería el cierre de estas instalaciones estratégicas para el suministro de las fuerzas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en Afganistán, situadas en el aeropuerto de Manas de Biskek, cerca de infraestruturas del ejército ruso.
La base estadounidense de Manas (1.200 militares) sirve desde finales de 2001 de plataforma de apoyo logístico a las tropas de la coalición internacional lideradas por Estados Unidos en Afganistán.
Rusia arrasa en su vuelta diplomática a las antiguas repúblicas soviéticas, en particular en el sector clave de la defensa, aunque ello choque con los intereses de Estados Unidos, con el que dice querer mejorar las relaciones.
Siete ex república soviéticas firmaron este miércoles en Moscú un acuerdo para la creación de "fuerzas armadas colectivas de reacción", con vistas a replicar a amenazas externas.
Los firmantes son Rusia, Armenia, Belarús, Kazajistán, Uzbekistán, Tayikistán y Kirguistán.
Ayer, Rusia y Belarús firmaron un acuerdo sobre la creación de un sistema unificado de defensa antiaérea.
En noviembre de 2005, una base militar abierta en 2001 por Estados Unidos en Uzbekistán, otra ex república soviética, limítrofe con Kirguistán, sufrió la misma suerte que la kirguisa.
El cierre de Manas es ventajoso para Rusia. "La influencia de Moscú en esta región se refuerza", explicó Andrei Grozin, experto en Asia Central.
El cierre es muy representativo y va acompañado de otras iniciativas. De hecho este mismo miércoles se volvía a poner en funcionamiento una estación radar modernizada por los militares rusos en la región kirguís de Chui.
La reacción de la embajada estadounidense en Biskek fue inmediata, dando a entender que Washington no tiene intención de darse por vencido a pesar de este revés.
"Tenemos toda una serie de proyectos e intereses que seguiremos promoviendo ante el gobierno y la población de Kirguistán", señaló la legación diplomática, que asegura que Biskek no le ha notificado su decisión de cerrar próximamente estas instalaciones.