Viena. Reuters. Una joven austríaca logró huir de un secuestrador que la retuvo durante ocho años encerrada en un garaje, resolviendo aparentemente un caso de desaparición que había conmocionado a la nación, dijeron las autoridades.
Posteriormente, el sospechoso de haber secuestrado y retenido a la joven, un hombre de 44 años identificado como Wolfgang Priklopil, se suicidó arrojándose a las vías del tren al paso de un expreso nocturno en Viena después de escapar de la Policía, dijeron autoridades.
Escape. El sujeto, un técnico en comunicaciones, es el sospechoso de haber retenido a Natascha Kampusch durante los últimos ocho años en un pequeño garaje en su casa en Strasshof, una aldea a 25 km de Viena.
Kampush escapó desde un jardín fuera de la casa del secuestrador y se identificó ante un vecino con su nombre, como la niña que desapareció hace ocho años.
"Parece que hubo un momento en que él no la observaba (cuando) y ella tuvo la oportunidad de escapar", dijo el inspector en jefe, Joahn Fruestueck. Al parecer, una llamada telefónica lo distrajo, lo que le permitió a la joven escapar, dijo el investigador Erich Zwettler a la televisión.
Su secuestrador armó una celda de seis metros cuadrados bajo la cochera de la casa, con agua, baño, instalaciones para lavarse, cama, libros, radio y ocasionalmente una televisión, dijo la Policía.
El plagiador de Kampusch flexibilizó sus medidas de seguridad en el último tiempo, permitiéndole salir ocasionalmente al pueblo junto a él.
"Al darse cuenta de que su víctima había escapado, entró en pánico, subió a su auto y se alejó a toda velocidad", sostuvo Zwettler. El auto deportivo de Priklopil fue hallado en un parqueo en Viena.
La policía dijo que casi tenía la certeza de que Priklopil se había suicidado. Si bien su cuerpo fue destrozado por un tren, las ropas corresponden a las del hombre y portaba las llaves del auto de Priklopil en un bolsillo.
La desaparición de Natascha Kampusch en 1998, cuando se dirigía al colegio, sigue siendo uno de los misterios criminales más desconcertantes de Austria.
Ludwig Koch, su padre, contó al periódico austríaco Kurier : "Ella dijo: 'papá, te amo'. Y la primera pregunta que hizo fue: '¿aún está mi auto de juguete?'. Era su juguete favorito, nunca lo regalé en todos estos años".
Koch y la media hermana de Natascha identificaron el miércoles a la joven de 18 años y ayer se juntaron con su madre en el hotel donde Kampusch se aloja junto a un policía y una sicóloga.
"Su salud está bien y mentalmente también parece estar bien, al menos ante los ojos de alguien que no experto", dijo el portavoz de la policía, Armin Halm.
Sin embargo, su padre, quién se separó de su madre antes del secuestro, dijo al periódico que Natascha estaba "demacrada y que tenía la piel muy, muy blanca, con manchas en todo el cuerpo".
Adolf Brenner, el policía que la interrogó por primera vez, dijo a la prensa que fue obligada a llamar "amo" a su secuestrador en los primeros años de cautiverio.
Brenner dijo que no estáclaro si Kampusch fue abusada. Los oficiales la entrevistarán después de que los exámenes de ADN confirmen su identidad.