
Ammán. AFP. El gobierno jordano enfrenta duras críticas de los islamistas internos que lo acusan de perjudicar gravemente a las familias del país al reconocer nuevos derechos a las mujeres, entre ellos, el de circular libremente.
Para los islamistas, el lugar de una mujer es su casa, con su marido y familia, y cualquier intento por cambiar esto constituye una flagrante violación de los valores familiares de Jordania.
La decisión del gobierno, aprobada por el rey Abdalá II, de eliminar sus reservas al párrafo cuarto del artículo 15 de la Convención de la ONU sobre la eliminación de toda forma de discriminación hacia las mujeres, ha provocado por consiguiente gran estruendo.
El párrafo, integrado en un texto firmado por Jordania en 1980 y ratificado en 1992, dice que: “los Estados miembros reconocen al hombre y a la mujer los mismo derechos en lo que concierne la legislación relativa a los derechos de las personas a circular libremente y a elegir su residencia y su domicilio”.
Al quitar sus reservas sobre ese punto y apoyarlo, “el gobierno ha violado la constitución y la religión del país, el islam. Debería ser destituido”, dijo el líder de los Hermanos Musulmanes, Hammad Said.
“Dar a una mujer el derecho de abandonar el domicilio de su esposo y de ir a vivir donde ella quiera va a destruir su familia”, condenó.
El consejo de fatwas de Jordania, autoridad que emite decretos religiosos, también enfatizó su desaprobación.
“Todo lo que contradice a la sharia (ley islámica) en la convención de la ONU es prohibido; una mujer no debería vivir y trabajar como guste pues eso eliminaría el sentido de la palabra familia según la sharia ”, dijo en un comunicado.
Sin embargo, el gobierno no considera dar marcha atrás.
“No tenemos intención de anular este decisión. Fue tomada tras un examen a conciencia (del texto) y la seguridad de que no contradice a la sharia ”, afirmó el ministro de Información, Nabil Sharif.
“Nos esforzamos porque las decisiones del gobierno estén en armonía con las enseñanzas del islam y la sociedad”, subrayó.
Los comentarios sólo atizaron más el descontento islamista.
Los Hermanos Musulmanes y su poderoso brazo político, el Frente de Acción Islámica, enviaron una carta al primer ministro, Nader Dahabi, en que tildaban de “catastróficas” las palabras de Sharif.
En cambio, la secretaria general de la Comisión Nacional de la Mujer, Asma Jader, aplaudió la decisión y llamó que su país debería eliminar otras formas de discriminación hacia las mujeres.