
El presidente de Argentina, Javier Milei, entró a uno de los salones del hotel Gaylord National en Maryland, Estados Unidos, vio a Elon Musk y se abalanzó con los brazos abiertos para darle un abrazo. “¡Hola, mi amigo!”, exclamó.
Musk, nombrado por el presidente Donald Trump al frente de una comisión de recorte del gasto público federal llamada DOGE, se puso unos lentes metalizados, lo abrazó y le devolvió la sonrisa. “¿Qué tal va la cosa?“, le preguntó.

Después, Milei le dijo que tenía un regalo para darle: una motosierra plateada con la consigna ”Viva la libertad carajo” grabada en la espada.
Musk la levantó al aire ante la mirada y las risas de Milei y su comitiva para las fotos de rigor.
En su campaña electoral, Javier Milei utilizó una motosierra similar como símbolo político para transmitir su intención de “cortar” el gasto público.
Unos minutos después, Musk presentó su regalo y a Milei en el escenario principal de la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC, según sus siglas en inglés), el cónclave de la derecha global al que viajó Milei, y donde el sábado se cruzará con el presidente norteamericano, Donald Trump. Milei hizo una brevísima aparición.
“¡Esta es la motosierra para la burocracia!“, bramó Musk, mostrando la motosierra a la audiencia.
Luego de la escena, Milei dejó el escenario sin decir palabra, saludando mientras se retiraba. Musk se quedó para una entrevista, una de las principales atracciones del primer día de la cita.

Por segunda vez en lo que va del año, y novena desde que asumió la presidencia, Milei aterrizó en Estados Unidos.
A diferencia de sus visitas anteriores, este nuevo viaje llega en el peor momento de su gobierno, envuelto en la crisis desatada por el escándalo del token $LIBRA que puso en jaque la credibilidad de su proyecto político.
