Tegucigalpa . Las naciones de América Central llegarán a constituir un solo ejército en la medida en que avance su proceso de integración, aseguró ayer el más alto jefe militar hondureño, el general Mario Hung.
"Si llegamos a integrar Centroamérica en una sola, lógicamente tendremos que ser un solo ejército", afirmó el jefe de las fuerzas armadas.
Hung aseguró que la creación en El Salvador de la "Conferencia de las Fuerzas Armadas Centroamericanas" se inserta en el proceso de integración que impulsan los gobernantes de la región.
"Eso va en consonancia con los planes integracionistas de los presidentes, esto no es más que seguir los pasos de ellos buscando siempre la integración centroamericana", dijo.
El analista hondureño Víctor Meza advirtió que la recuperación de espacios políticos por parte de las fuerzas armadas debilita el proceso de democracia en América Central.
"Si queremos afirmar un proceso de democratización centroamericana, hay que evitar la recuperación de espacios políticos por parte de los militares", comentó el también escritor.
Conferencia de fuerzas
El presidente de Honduras, Carlos Reina, firmó el martes el acta de creación de la Conferencia de las Fuerzas Armadas Centroamericanas en presencia de los más altos jefes militares y ministros de Defensa de la región.
Los militares viajan por las naciones de la región para que los gobernantes firmen el acta que ha sido suscrita por los presidentes de El Salvador, Guatemala, Honduras, y lo hará en breve el de Nicaragua.
Los ministros de Defensa y jefes de los ejércitos de Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua crearon la Conferencia que sustituirá el disuelto Consejo Centroamericano de Defensa (CONDECA), que operó en las décadas de 1960, 1970 y 1980.
Analistas aseguran que el CONDECA contribuyó a fortalecer los ejércitos de la región, además de las guerras civiles, e incluso alentó su presencia en regímenes de facto en el pasado.
El poderío de los ejércitos de la región ha sido debilitado a causa del fin de las guerras civiles que afligieron a las naciones de esta pobre región.
En el decenio de los ochentas, los militares centroamericanos estuvieron muy distanciados, principalmente los de Honduras y Nicaragua, por la presencia de "contras" en el oriente hondureño, financiados por Estados Unidos, en un intento frustrado por derrocar al régimen sandinista que gobernaba en el vecino país.
En el pasado reciente, los militares hondureños también calificaron a sus vecinos de El Salvador de "potencial enemigo" por las "pretensiones expansionistas" de ese país a costa de Honduras, aunque en los años ochentas realizaron acciones conjuntas para combatir a la entonces guerrilla del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN).