El hallazgo de un submarino de guerra israelí, hundido hace 31 años, ha llevado a las autoridades del país a plantearse la posibilidad de reflotarlo para recuperar los "cuerpos sagrados" de sus 69 tripulantes.
El submarino, de nombre Dakar, fue hallado el pasado viernes por un equipo de expertos estadounidenses, contratados por la Armada israelí.
La última noticia que se tuvo del navío fue la comunicación por radio que mantuvo con su base en tierra el 24 de enero de 1968, cuando estaba a sólo cinco días de concluir su viaje, el primero bajo bandera israelí, entre el puerto británico de Portsmouth y el de Haifa.
Un día después, al no producirse el contacto cotidiano, se lanzó una amplia operación de rescate, que concluyó sin éxito un mes más tarde y dio inicio al rastreo que ha concluido ahora.
Para la última búsqueda se emplearon sofisticados equipos de sonar y cámaras de vídeo, que lograron su descubrimiento en el mar Mediterráneo a 2.900 metros de profundidad, entre las islas de Creta y Chipre, a 500 kilómetros de la costa israelí.
Las cámaras filmaron el submarino partido en tres secciones, una de ellas aún intacta, y el resto esparcido.
Según el Almirante retirado Gideon Raz, por estas imágenes se puede concluir que la nave "no fue hundida por una explosión o de forma deliberada", sino debido a un fallo mecánico o humano.
"El submarino pudo tener algún fallo cuando navegaba y partirse al tocar el fondo marino", agregó Raz.
Tras el hallazgo del Dakar, ahora se plantea la cuestión de reflotarlo para recuperar los cadáveres de los tripulantes, ya que esos cuerpos son sagrados, según las leyes religiosas judías, por lo que el Estado debería rescatarlos.
Empero, los responsables de la Armada creen que con la tecnología actual es casi imposible recuperar la nave.
Además, los biólogos han descartado por completo que después de 31 años de estar en el fondo marino queden restos humanos en el interior del submarino.