Sin embargo, actualmente Penzias dice sentirse "malhumorado".
El hombre que descubrió la radiación producida en el medio ambiente por el fenómeno del Big Bang y ganó en 1978 el Nobel por su trabajo, explora hoy en día nuevas ideas como socio capitalista de una empresa con sede en San Francisco.
Lo que Penzias busca es una pizca de provocación.
"La Internet no ha brindado aún lo que prometió", afirmó Penzias. "Lamento sonar tan malhumorado, pero veo la Internet como algo que fortalece a los individuos y hasta el momento, los hombres de negocios sólo han recibido de ella un servicio marginal".
Penzias concedió esta entrevista a través de un teléfono celular, mientras atravesaba por la carretera 101 el Silicon Valley, donde explora opciones de inversión como socio capitalista de New Enterprise Associates.
Pero este pionero de las comunicaciones por satélite que transformó Bell Labs de un centro de investigaciones básicas en uno de "tecnologías estratégicas emergentes", no se convirtió de la noche a la mañana en un tecnofóbico.
Penzias continúa enamorado de las posibilidades que la era de las redes brinda a la gente, aunque piensa que los apóstoles de la tecnología no hicieron todavía lo suficiente para innovar hasta el punto de cambiar la vida de las personas.
Hoy, lunes, Penzias será el orador estrella en una conferencia de alta tecnología con un tópico algo extravagante: "Armonía: Negocios, Tecnología y la Vida después del Rutina".
La tecnología ha comenzado a impulsar la eficiencia de las oficinas, asegura, y eso comienza a verse con una mayor productividad en la economía.
"Estamos sacando a la gente del inútil y lerdo trabajo en papel y llevándola a un trabajo de otro tipo, más productivo. El poder que tiene dicha infraestructura para crear un valor económico es enorme", explica.