Beirut. Unas 270 familias sirias refugiadas huyeron en los últimos días de una localidad del norte de Líbano, informó el viernes una agencia de la ONU, la cual lamentó “represalias colectivas” tras un altercado con un obrero sirio acusado de haber matado a un habitante.
Tras el suceso el lunes, en Bisharri, el trabajador en cuestión se entregó a las fuerzas de seguridad, indicó el Ejército libanés. Pero jóvenes de la región “echaron” a sirios del pueblo, informó la Agencia Nacional de Información (ANI).
Preguntados por la AFP, varios refugiados sirios, que huyeron hacia la ciudad costera de Trípoli, capital del norte, confirmaron que sus casas fueron tomadas por asalto y algunas de ellas incendiadas.
“Los castigos colectivos (...) para una comunidad entera tras un incidente que implicaba a un solo individuo son inaceptables”, expresó el viernes una portavoz del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), Lisa Abou Khaled, en referencia a la huida de 270 familias y “represalias colectivas contra sirios” en Bisharri.
“Numerosas familias de refugiados tenían mucho miedo y algunas incluso se fueron sin sus pertenencias”, afirmó.
Los refugiados, que no tenían adónde ir, fueron instalados en refugios de Acnur. Las familias reciben en especial “ayuda alimentaria, apoyo financiero de urgencia y un apoyo psicosocial”, precisó Abou Khaled.
Una corresponsal de la AFP en Trípoli vio a decenas de familias sirias cerca de un centro de la agencia de la ONU.
Líbano asegura que acoge a 1,5 millones de sirios en su territorio, incluido cerca de un millón de inscritos en la ONU como refugiados.
Las ONG denuncian las medidas discriminatorias y los discursos de odio de los que son víctimas los refugiados en Líbano, donde la inmensa mayoría de los partidos reclaman su regreso a Siria.