
Los espasmos musculares son contracciones durante el sueño que constituyen estímulos nerviosos cerebrales que se proyectan hacia las extremidades y el tronco corporal. La sensación puede asemejarse a un ligero temblor, una sensación de caída o un abismo profundo.
A medida que el cuerpo se sume en un estado de relajación y los párpados comienzan a cerrarse, se inicia el proceso de entrar en el sueño. No obstante, esta etapa se ve afectada por algunos movimientos localizados en áreas específicas.
De acuerdo con datos proporcionados por el Instituto Europeo del Sueño, los espasmos musculares nocturnos son más comunes de lo que generalmente se percibe. Aproximadamente, un 70% de la población experimenta sacudidas durante la noche.
Esta institución define este episodio como breves estímulos nerviosos que se originan en el cerebro y se dirigen hacia ciertas extremidades. Específicamente, ocurre cuando se está en un estado intermedio entre la vigilia y el sueño profundo.
La academia del sueño explica que “los espasmos mioclónicos o sacudidas hípicas son un fenómeno fisiológico muy común cuando nos estamos quedando dormidos o al poco tiempo de entrar al universo de Morfeo, el dios de los sueños”.
Estos episodios pueden manifestarse tanto en la infancia como en la edad adulta. Los expertos en sueño subrayan que no existe una edad específica para experimentarlos, ya que se trata de movimientos inesperados, involuntarios y de corta duración, capaces de despertar a quien los experimenta.
Es esencial destacar que, aunque no se clasifica como un trastorno del sueño, si los episodios son recurrentes, se recomienda consultar con un especialista.
Un estudio realizado por la Universidad de Colorado, Estados Unidos, sugiere que estos episodios de sacudidas durante el sueño son un reflejo heredado de nuestros ancestros, una interpretación “errónea” que realiza el cerebro durante el sueño.
Otras investigaciones sostienen que este fenómeno puede presentarse como un mecanismo de defensa que mantiene el cuerpo alerta, enviando señales para evitar entrar en un sueño profundo.
Existen otros tipos de movimientos que se desencadenan desde el cerebro y se manifiestan de diversas maneras. Por ejemplo, el mioclónico, que se refiere a señales dirigidas a alguna extremidad.
El movimiento ocular rápido, que se experimenta en momentos de sueños vívidos. Según el Instituto Europeo de Sueño, esto sucede cuando los ojos se desplazan para prevenir la sequedad ocular.
Asimismo, el Instituto recomienda evitar el consumo excesivo de café, así como de tabaco y otras sustancias estimulantes. Practicar actividad física moderada para activar las articulaciones y músculos, facilitando su relajación durante el sueño.
Establecer horarios regulares de sueño que favorezcan el descanso y eviten el insomnio. Además, se sugiere mantener una dieta equilibrada e incorporar estrategias para gestionar el estrés, como la práctica de la meditación.
El Grupo de Diarios América (GDA), al cual pertenece ‘La Nación’, es una red de medios líderes fundada en 1991, que promueve los valores democráticos, la prensa independiente y la libertad de expresión en América Latina a través del periodismo de calidad para nuestras audiencias.