El huracán Mitch se recordará en la historia centroamericana como uno de los fenómenos naturales más devastadores: 11.000 muertos, miles de damnificados y $5.000 millones en pérdidas. Esa triste historia quedó registrada en octubre de 1998.
Casi un año después, el ist-mo aún sufre sus efectos, especialmente Nicaragua y Honduras.
Cuarenta víctimas y miles de evacuados se cuentan como consecuencia de las fuertes lluvias que arrecian la región, desde hace 15 días.
Miembros de meteorología aseguran que los aguaceros continuarán azotando Centroamérica durante un par de días, a raíz de un sistema de baja presión que se encuentra sobre el mar Caribe, según informó Irina Katchan del Instituto Meteorológico Nacional.
Severas secuelas
Honduras y Nicaragua son las naciones que más se han visto afectadas por las lluvias.
Wílliam Rodríguez, de Defensa Civil nicaragüense, indicó que las tierras aún resienten los efectos de Mitch puesto que se encuentran saturadas.
"Las lluvias constantes han afectado bastante la región norte del país. Tenemos inundaciones en más de cinco municipios y cerca de 100.000 personas están sin comunicación", indicó.
Douglas Salgado de la Comisión Nacional de Emergencia explicó, por su parte, que la tierra se satura cuando no tiene la suficiente capacidad de evacuar el agua almacenada, ya sea por filtración o cauces hacia ríos o quebradas.
Este problema se agrava con los derrumbes. En estas dos naciones, los deslaves son frecuentes en zonas altamente pobladas.
Uno de ellos sucedió en el cerro El Uval, que incomunicó las regiones de San Rafael del Sur con San Marcos (ambas del departamento de Jinotepe, al sur de Managua).
"Las zonas afectadas por el huracán Mitch son ahora las áreas más vulnerables a inesperados derrumbes. En un año fue muy poco lo que pudimos avanzar, y eso se lo llevaron estas lluvias", dijo Rodríguez.
En Honduras, el panorama no es menos halagüeño.
Los últimos reportes ofrecidos por la Cruz Roja local reportan 20 muertos, 7.683 damnificados, 1.000 viviendas destruidas, y cientos de hectáreas anegadas.