
La mayoría de los cubanos seguía sin electricidad este sábado, un día después de que una avería en un subsistema de La Habana provocara la desconexión total del sistema eléctrico nacional, informaron las autoridades.
Este es el cuarto apagón generalizado en menos de seis meses en la isla, donde viven 9,7 millones de personas. El país atraviesa una profunda crisis económica y cuenta con un sistema de generación eléctrica obsoleto, afectado por constantes fallas y escasez de combustible.
El viernes, las autoridades reportaron que, a las 8:15 p. m., una falla en la subestación de Diezmero, en las afueras de La Habana, causó una importante pérdida de generación en el occidente del país y, con ello, el colapso del Sistema Eléctrico Nacional.
Durante la madrugada, técnicos pusieron en marcha microsistemas independientes para abastecer estaciones estratégicas, como hospitales y otros servicios esenciales, lo que permitió suministrar electricidad a algunos habitantes de las zonas cercanas.
“Varias provincias han activado sus microsistemas y las unidades de generación comienzan a sincronizarse con el sistema eléctrico nacional”, informó el presidente Miguel Díaz-Canel en su cuenta de la red social X. “Se trabaja intensamente para recuperar la estabilidad”, agregó.
Desde hace meses, los apagones de cuatro o cinco horas son parte de la rutina en gran parte de La Habana, mientras que en otras provincias pueden extenderse hasta más de 20 horas.
Problema recurrente
En la capital, donde residen 2,1 millones de personas, la actividad era limitada este sábado, con pocas personas en las calles y escaso tráfico vehicular.
Xiomara Castellanos, vecina de 82 años del barrio habanero del Vedado, dijo a la AFP que el corte de electricidad del viernes la puso muy nerviosa. “Esto es lo último del siglo, que Dios nos libre y nos ampare. Este país está de mal en peor”, afirmó en referencia a los tres grandes apagones ocurridos en el último trimestre de 2024, dos de ellos de varios días.
Las ocho termoeléctricas del país, inauguradas en su mayoría en las décadas de 1980 y 1990, sufren constantes fallas debido a su deterioro.
Las plantas flotantes, alquiladas a una empresa de Turquía, y los grupos electrógenos que complementan el sistema energético nacional dependen del combustible importado, cuyo suministro enfrenta grandes dificultades y frecuentes escaseces.