
Londres. AFP. Los líderes del G20 tratarán de ofrecer el jueves en Londres propuestas para superar la peor crisis de las últimas décadas, pero las divisiones entre Europa y Estados Unidos y las protestas podrían dañar la señal de confianza que intentan enviar al resto del mundo.
El Fondo Monetario Internacional (FMI), que prevía en la última reunión del G20, en noviembre pasado, un crecimiento del 2,2% del Producto Interno Bruto (PIB) en 2009, ahora predice una contracción económica mundial de entre 0,5% y 1%.
Los líderes de la cumbre, que congrega a los países que poseen un 90% de la riqueza mundial (el G7, el club de los países más ricos, más las grandes potencias emergentes, entre ellas Brasil, India y China), están obligados a examinar todas las opciones para salir de la crisis, aunque hay diferencias de enfoques y prioridades en el interior del grupo.
EE. UU. está en favor de más paquetes de reactivación, pero tras los gigantescos paquetes de rescate de bancos y empresas lanzados desde el otoño pasado, los europeos, más preocupados por sus déficits, quieren esperar a ver el resultado de estos esfuerzos antes de comprometerse a otros, y prefieren concentrarse en la regulación.
El presidente estadounidense, Barack Obama, rechazó las sugerencias de que existan divisiones con Europa sobre cómo hacer frente a la crisis, en una entrevista con el diario Financial Times .
Protestas en Londres. Unas 35.000 personas ya se manifestaron pacíficamente el sábado en las calles de Londres para reclamar empleo, justicia y acciones contra el cambio climático, pero se prevé que grupos antiglobalización más radicales saldrán hoy, mañana y jueves, por lo cual la policía británica se halla en estado de alerta.
Bajo la bandera “que la crisis la paguen los ricos”, las protestas de los grupos más radicales -que se organizan con la ayuda de mensajes SMS y de sitios en Internet- tendrán por blanco a los bancos y a los banqueros, a los que consideran responsables de la crisis, de la que ningún país parece inmune.
El G20 tiene previsto comprometerse a reforzar la regulación y la supervisión financiera así como a una mejor cooperación mundial.
Por iniciativa de Francia y Alemania, el grupo se pronunciará en favor de luchar contra los paraísos fiscales. La amenaza de la confección de una "lista negra" ha presionado a países como Luxemburgo, Austria y Bélgica, así como a Suiza, a flexibilizar el secreto bancario para no figurar en ella.
El G20 se comprometerá también a duplicar, a $500.000 millones, los recursos del FMI.
Los países emergentes, que son muy dependientes de sus exportaciones, respaldarán el llamado que lanzará el G20 a no ceder al proteccionismo, un comportamiento frecuente cuando se produce un alza de la desocupación.
El G20 podría celebrar una nueva cumbre más tarde este año, paralela a la Asamblea de la ONU, indicó ayer el portavoz del primer ministro británico Gordon Brown.