
Madrid, España. El empresario estadounidense Johnnie Moore, conocido por su cercanía con el expresidente Donald Trump y por su activismo como cristiano evangélico, fue designado como nuevo presidente de la Fundación Humanitaria de Gaza (GHF, por sus siglas en inglés).
La GHG es una iniciativa respaldada por Israel y Estados Unidos para canalizar ayuda humanitaria en la Franja de Gaza.
Moore asume el cargo en sustitución de Jake Wood, exmarine y cofundador de la organización Team Rubicon, quien presentó su renuncia el lunes alegando que no era posible continuar con el proyecto sin comprometer los principios humanitarios de humanidad, neutralidad, imparcialidad e independencia.
En un comunicado recogido por el diario The Times of Israel, Moore declaró que “GHF cree que servir al pueblo de Gaza con dignidad y compasión debe ser la máxima prioridad”. Sin embargo, su nombramiento se produce en un contexto de creciente polémica en torno a la labor de la fundación.
Naciones Unidas y diversas organizaciones humanitarias han cuestionado el rol de GHF, acusándola de violar los principios de neutralidad en la entrega de ayuda. Las críticas apuntan especialmente al uso de personal de seguridad privada y la presencia del Ejército israelí en los puntos de distribución de alimentos en Gaza.
La tensión aumentó el lunes, luego de que el secretario general de la ONU, António Guterres, calificara como “inaceptable” que los palestinos deban arriesgar sus vidas para acceder a comida. Además, subrayó la necesidad de una investigación que permita establecer responsabilidades y recordó que Israel tiene obligaciones claras, según el Derecho Internacional Humanitario, para permitir y facilitar la entrega de asistencia.
Moore respondió acusando a Guterres de propagar “mentiras” sobre el trabajo de la fundación, tras sus declaraciones sobre la muerte de civiles durante la distribución de ayuda.
GHF tiene su sede en Suiza y continúa en el centro de un debate global sobre la politización de la ayuda humanitaria en zonas de conflicto.
