Roma. Aunque fue uno de los máximos detractores del pontificado del papa Francisco, el cardenal alemán conservador Gerhard Müller dice que no es verdad.
Teólogo de 77 años, alto y corpulento, recuerda con afecto al papa Francisco. Pero a la hora de las preguntas, dice claramente que espera que su sucesor sea distinto y que deshaga mucha de sus reformas. Müller, que no es considerado papabile, dice que no hay figuras de gran relevancia entre los cardenales electores. De todos modos, es sabido que desde hace años se mueve para que salga un sucesor del ala conservadora: es necesario “un papa ortodoxo”, porque el papa Francisco “ha creado confusión y hay que poner orden”.

- ¿Qué clima se respira en las reuniones preparatorias del cónclave?
-Hay buen clima. Algunos hablan de continuidad con el pontificado de Francisco, y eso es algo normal. Un papa no puede llevar a cabo una ruptura. El Papa es siempre el sucesor del precedente, y cada papa es el sucesor de Pedro.
- Usted ha sido muy crítico con el papa Francisco. ¿Qué no le gustaba de él?
- Siempre se ha dicho que he sido crítico con el papa Francisco, pero no es verdad.
- ¿Ah, no?
- No. (...) Yo he escrito varios libros, algunos por deseo del papa Francisco. (...) Todos dicen que Francisco ha sido un papa comprometido con los pobres. Pero la caridad es una función fundamental de la Iglesia.
- ¿Cuál es el recuerdo personal de Francisco qué más le ha llegado al corazón?
- En 2018 mi hermano tuvo un accidente laboral muy grave, se quemó vivo y murió. El Papa estuvo muy próximo a mí y me mandó una carta. Me sentí también muy próximo a Francisco cuando hablábamos sobre Gustavo Gutiérrez (teólogo peruano, un “padre” de la Teología de la Liberación), con quien he escrito tres libros.
- Usted hablaba de continuidad entre todos los pontificados. Pero Francisco ha protagonizado algunas rupturas en relación con Benedicto XVI. Pienso por ejemplo en la apertura con el Islam.
- No puede haber una ruptura en la doctrina de la Iglesia, ningún Papa puede cambiarla. La doctrina de la Iglesia tiene como base las revelaciones de Dios Jesucristo.
- ¿Francisco ha protagonizado entonces una ruptura en las formas?
- Sí, en las formas, en el estilo, en su orientación más pastoral. Pero insisto: no se puede decir que los papas anteriores no estuvieran interesados en los pobres. La Iglesia siempre ha estado abierta a personas con situaciones problemáticas, a divorciados, incluso a personas con tendencias homosexuales. Pero otra cosa es la ideología de estos movimientos.
- ¿A qué ideología se refiere?
- A la ideología LGTB, que está contra el matrimonio entre un hombre y una mujer cuando, después de la creación, Jesús elevó el matrimonio entre un hombre y una mujer a la categoría de sacramento, no hay alternativa. Pero a veces el papa Francisco, que tenía buen corazón, ha podido dar una impresión errónea al tratar de que nadie se sintiera excluido. El papa Francisco siempre ha condenado el aborto, pero también ha dicho que las personas que cometían ese pecado tenían la posibilidad de volver a la Iglesia y de ser perdonadas. El Papa Francisco jamás ha dicho que el aborto no fuera un pecado grave.
- ¿Qué cualidades debería de tener el nuevo papa?
-El papa debe representar la unidad, la verdad de la fe.
- ¿En las reuniones preparatorias al cónclave no hay ninguna figura que ya haya despuntado con fuerza?
- No, no la hay.
- Muchos han acusado a Francisco de crear confusión y que ahora se necesitaría poner orden…
-Creo que Francisco en ocasiones ha creado confusión y que se debe poner orden, sí, debe de quedar muy clara la relación entre la doctrina y la pastoral. Cuando Francisco por ejemplo habla a bordo de un avión, lo que decía no era presentación del magisterio de la Iglesia, eran solo opiniones privadas.
- ¿Se refiere a cuando Francisco, al ser preguntado por los periodistas sobre la homosexualidad en un vuelo dijo “¿Quién soy yo para juzgar a un gay?”
- Para mí estaba muy claro lo que el papa quería decir, se refería a un caso concreto, pero algunos lo han interpretado erróneamente.
- Que Francisco dijera que se podía bendecir a parejas homosexuales, ¿también ha creado confusión?
- Sí, porque la aplicación concreta no estaba clara, y por supuesto debía de ser en conformidad con la doctrina. Combinar la doctrina para todos y la aplicación para personas individuales es siempre un poco delicado. Es distinto cuando se explica la verdad del Evangelio que cuando se aplica a una persona individual.
- ¿Quiere decir hay que estudiar cada caso antes de dar la bendición a una pareja homosexual?
- La bendición se da a personas individuales, no a parejas. Cuando la gente me pide una bendición yo no pregunto si se comporta así o asá. Ese documento no era necesario y ha creado confusión. No era necesario crear estos problemas cuando la situación anterior era clara.
- Los dos últimos cónclaves han durado dos días. Usted ha dicho que por ahora no hay ninguna figura que sobresalga como gran favorito. ¿Cuánto cree que durará este cónclave?
- Dependerá del resultado de las primeras votaciones. Hay que ver si en esas primeras votaciones la situación es confusa o si ya está bastante clara.
- Usted es considerado líder de la corriente más conservadora de la Iglesia. ¿Se siente cómodo con esa etiqueta?
- No sé por qué me la han colgado. Yo siempre he sido ortodoxo, no conservador. Conservadores y progresistas son categorías mundanas, políticas, ideológicas. Nosotros debemos pensar en la categoría de ortodoxia y de la herejía.
- ¿El papa Francisco en ocasiones habría incurrido en herejías materiales?
- Cuando por ejemplo un chico le preguntó a Francisco si su padre, ateo, había ido al infierno tras morir, el papa generó confusión al decirle que su padre estaba en el cielo.
- ¿Y que tendría que haberle dicho?
- Lo correcto habría sido decirle a ese chico que esperábamos que su padre estuviera en el cielo, que teníamos la esperanza, porque no podemos saber si ese padre está realmente en el cielo. Pero no podemos pretender que el papa se exprese en todo momento dogmáticamente, como si estuviera en un examen de teología. Benedicto XVI era un teólogo, pero Francisco era un pastor.
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