
Ciudad del Vaticano. - Las filas para ingresar a la plaza de San Pedro, en el Vaticano, son kilométricas y tumultuosas. Se avanza como se puede entre la multitud de personas, de todas edades y nacionalidades. Es domingo 11 de mayo y son las 10 a. m. (2 a. m. en Costa Rica). El otrora cardenal Robert Francis Prevost realizará su segunda aparición en el balcón de la basílica de San Pedro, tras su designación como sumo pontífice y tras elegir León XIV como su nombre papal.
Será la primera vez que muchos lo verán como Papa. La plaza está a reventar. Un helicóptero da vueltas alrededor del Vaticano —como lo hizo también a lo largo del cónclave— y las gaviotas revolotean sin cesar. Dos pantallas gigantes muestran el balcón por donde saldrá el líder de la Iglesia católica a hablar. La idea es que ninguno de los presentes se pierda el mínimo detalle.
A las 12 mediodía, en punto, León XIV salió por ese balcón y la algarabía no mermó durante los 12 minutos que duró su intervención. Se trató de la oración Regina Coeli, la cual sustituye al Ángelus durante el tiempo de cuaresma.
Las personas estuvieron visiblemente emocionadas y aplaudieron cada vez que hizo una pausa. Banderas de diferentes países ondeaban el horizonte. Sobresalían las de Estados Unidos y Perú, las dos nacionalidades del pontífice.
León XIV iba vestido de blanco y con zapatos negros, como su antecesor Francisco. Los tradicionales zapatos papales de color rojo pareciera que son una cosa del pasado.
Ante miles de fieles y curiosos, pidió por la paz en Ucrania y en Gaza, y celebró el alto al fuego entre India y Pakistán. Justo en ese momento, volvió a hacerle un guiño a Francisco.
“En el dramático escenario actual de una Tercera Guerra Mundial fragmentada, como el papa Francisco ha afirmado varias veces, me dirijo también a los grandes del mundo, repitiendo el llamamiento siempre presente: ¡Nunca más la guerra!”, aseguró el papa.
Esta es la segunda vez que menciona a su antecesor en un acto público, en los cuatro días que lleva al frente de la Iglesia de más de 14.000 millones de personas en todo el mundo. Incluso, este sábado, visitó su tumba en la basílica de Santa María la Mayor, en Roma, a unos seis kilómetros del Vaticano.

Similitudes
Existen similitudes entre Francisco y León, XIV tanto en la forma de vestir, como en la forma de comportarse —el día de su elección estaba visiblemente conmocionado—. También las hay en su discurso en favor de los pobres y los desfavorecidos, lo que generó ilusión y optimismo entre quienes estuvieron este domingo en la plaza de San Pedro.
El argentino Ramón Agüero, oriundo de la ciudad de La Rioja, se mostró emocionado. Él aprovechó que estaba de vacaciones en Roma para ir a escuchar al Papa, junto a su familia.
“Me parece muy bueno, me emocionaron mucho sus palabras. Va a seguir la misma línea de Francisco. A mí, como argentino, me parece que es lo correcto”, aseguró Agüero.
Con él coincidió Marta Lucía Cruz, madre superiora general de la Congregación Siervas de la Madre de Dios, de Medellín, Colombia, quien estaba en Roma, esta semana, en un encuentro con más de 900 madres superioras de todo el mundo.
“Es una bendición de Dios tener un pastor en la Iglesia. Le pedimos mucho al Espíritu Santo que nos dio el que necesitábamos. Las palabras de hoy (domingo para el lector) son de conmoción universal: no a la guerra, sí a la paz.
”Cada persona es única, pero pueden llevar líneas pastorales que continúan y creo que él va a continuar con las líneas de nuestro papa Francisco“, expresó Cruz, quien añadió que León XIV también estuvo en misión en Colombia y Venezuela.

Sor Geneviève, la monja francesa que se hizo famosa en el mundo tras romper el protocolo para recogerse ante el ataúd del fallecido pontífice argentino, quien era su amigo, también estuvo en la plaza de San Pedro.
La religiosa acogió con satisfacción el resultado del cónclave y el primer mensaje del nuevo papa. “Es la continuidad de Francisco”, dijo a la agencia de noticias AFP.
Fiesta peruana
Este domingo, la fiesta la montaron los peruanos, quienes ven a León XIV como uno de los suyos. Si bien él nació en Chicago, Estados Unidos, vivió en Perú desde 1985, primero como misionero y, años después, en el 2014, el papa Francisco lo designó como administrador apostólico de la Diócesis de Chiclayo, región ubicada en el norte del territorio peruano.
Desde ese cargo, Prevost anunció que se nacionalizaba peruano como gesto de compromiso.
En la plaza de San Pedro abundaban las banderas rojiblancas de Perú y las camisetas de la selección de fútbol peruana, la típica blanca con una franja roja en diagonal, en el centro, de arriba a abajo.
También, había una pancarta gigante que en letras negras decía: Chiclayo. A su alrededor, estaban decenas de peruanos quienes viajaron a Roma desde diferentes partes de Europa para escuchar la primera intervención dominical del nuevo pontífice.
Cantaban y bailan canciones típicas de Chiclayo, junto a un trío armado con instrumentos musicales.
Uno de los presentes fue José Miguel Gálvez, un ingeniero industrial que estudia teología en la capital italiana.
“Vengo a manifestarle mi cariño al Papa, a decirle que rezo todos los días por él y que sé que el pueblo peruano también lo hace porque estamos muy presentes en su corazón. Nosotros, los cristianos, solo queremos escucharlo para que nos guíe a la unidad”, dijo Gálvez.

La también peruana Julissa Muñoz afirmó que a ella la tomó por sorpresa la designación de León XIV. Esperaba que fuera italiano o de otro país de Europa. Sin embargo, cuando se enteró que era un conacional suyo no dudó ni un segundo para ir a verlo este domingo.
“El Papa de corazón es peruano, tanto Perú como el resto de países latinoamericanos estamos muy contentos. Este Papa va a trasmitir muchísima paz, muchísima armonía, muchísima unidad como lo ha hecho el papa Francisco. Este Papa va a seguir sus pasos. Estamos muy felices, muy contentos”, enfatizó con una amplia sonrisa en su rostro y sosteniendo una banderita de su país en cada mano.
Mientras los peruanos no dejaban de celebrar entre cánticos, la plaza de San Pedro y la vía de la Conciliación poco a poco se fueron vaciando. En las tiendas de souvenirs aún abundan las postalitas, rosarios, calendarios, posters y cuadros con la imagen de Francisco. El papa León XIV todavía no se asoma en el comercio local.

