San Sebastián (España). La banda terrorista ETA se cobró ayer su primera víctima mortal este año al asesinar con una bomba lapa a Ramón Díaz, de 51 años, un cocinero de la Comandancia de Marina de San Sebastián.
Casado y padre de dos hijos, Ramón Díaz murió ayer en el barrio de Loyola de San Sebastián (País Vasco, norte), al estallar la bomba con tres kilos de titadine que los terroristas colocaron en su automóvil, informaron fuentes oficiales.
La violencia de la explosión hizo que el cuerpo del cocinero, natural de Salamanca (noroeste) aunque afincado en San Sebastián, saliera despedido del vehículo y tras golpear en el segundo piso de una vivienda cayera al asfalto, completamente destrozado.
Otras cinco personas resultaron heridas leves en el atentado, cuatro de las cuales fu eron trasladadas a un hospital y dadas de alta poco después.
Tras conocer los hechos, el ministro del In terior, Jaime Mayor Oreja, y el de Defensa, Federico Trillo, se desplazaron a San Sebastián, donde visitaron a la familia de la última víctima de ETA.
ETA desorientada
Este asesinato "pone de manifiesto una gran desorientación por parte de ETA", señaló Mayor Oreja, quien se preguntó si asesinar a un cocinero "es avanzar en el proyecto de construcción nacional del País Vasco".
"Si todos los crímenes son inútiles y absurdos, este no tiene la mínima explicación, ni la más absoluta justificación", subrayó el Ministro.
En el mismo sentido se expresó Trillo, quien se preguntó qué medidas de protección tenía que adoptar un cocinero de la Comandancia de Marina "que pertenecía a la sociedad gastronómica de su barrio, cuyos hijos son de esta ciudad".
El departamento de Interior del Gobierno regional vasco atribuyó el atentado al comando Donosti de ETA, que habría encontrado en Díaz García un "objetivo fácil", tras los "fracasos" de algunas de las últimas acciones terroristas.
A este comando se le responsabiliza del último atentado frustrado de ETA, que el pasado miércoles intentó asesinar en Cizur Mayor (Navarra, norte) con una bomba lapa a un subteniente del Ejército.
La víspera, la Policía desactivó un coche bomba con más de 50 kilos de dinamita preparado para estallar en un barrio residencial de Guecho, en la provincia de Vizcaya.
El atentado de ayer provocó una avalancha de condenas desde los partidos políticos y la sociedad en general, a la que se sumaron los reyes de España que enviaron un mensaje de condolencia a la viuda de Ramón Díaz.
El portavoz del Gobierno, Pío Cabanillas, afirmó que este asesinato, el número 24 de ETA desde que la banda volvió a las armas en el 2000, es un ejemplo del "total desprecio de los derechos fundamentales de las personas que tienen los terroristas".
El presidente regional vasco, Juan José Ibarretxe, destacó la necesidad de ofrecer "respuestas unitarias" ante "la barbarie" terrorista y exigió a ETA que "abandone las armas".
Desde el Partido Socialista (PSOE), el portavoz parlamentario de la formación, Jesús Caldera, abogó por la unidad ante quienes "solo desean la limpieza étnica".
También manifestó su repulsa José María Fidalgo, secretario general del sindicato Comisiones Obreras (CCOO), al que pertenecía Ramón Díaz, e instó a combatir el "intento fascista de ETA de pervertir la convivencia en democracia".