La estupidez es una enfermedad genética que debería curarse, según opina James Watson, uno de los dos investigadores que descubrieron la estructura del ADN hace 50 años.
Así se manifiesta el eminente científico en un documental de la televisión británica que se transmitió ayer, para celebrar el aniversario del llamado descubrimiento del siglo.
Watson mantiene que las personas estúpidas, o con un coeficiente intelectual bajo que no tienen un trastorno mental diagnosticado, padecen un desorden que se transmite de forma hereditaria a través de los genes, como ocurre con enfermedades como la fibrosis cística o la hemofilia.
“Si eres realmente estúpido, yo a eso lo llamaría enfermedad”, dice el prestigioso profesor, gran impulsor del Proyecto Genoma Humano, la iniciativa internacional para descifrar el denominado mapa de la vida.
Watson considera un error asociar la lentitud en el aprendizaje a una situación de pobreza o a problemas familiares.
“Es más probable que exista una causa genética que puede y debe ser corregida”, auguró.
Mejorar a humanos
En opinión de Watson, que a sus 75 años es un abierto defensor de usar la ingeniería genética para mejorar a los humanos, los científicos tendrían que desarrollar terapias genéticas y hacer exámenes prenatales para prevenir el nacimiento de niños con coeficiente intelectual bajo.
“Es injusto que las personas no tengan las mismas oportunidades de ser inteligentes. Una vez que se disponga de un método para mejorar a nuestros niños nadie puede evitar su aplicación. Sería estúpido no usarlo”, agregó.
Según Watson, la ingeniería genética también habría que aplicarla a los genes de la belleza.