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Shimla, India. AFP. Una estampida durante un festival religioso en el estado montañoso de Himachal Pradesh, al norte de India, dejó ayer al menos 150 muertos, informaron fuentes policiales.
El accidente ocurrió en el templo de Naina Devi, a 150 kilómetros de la capital del estado Shimla, donde decenas de miles de creyentes participaron en un festival religioso.
“Muchos de los fallecidos son mujeres, niños y ancianos. La gente pensó que iba a producirse un deslizamiento de tierra y entonces hubo una estampida. Ahí fue cuando la gente murió aplastada”, dijo un portavoz policial.
La agencia de noticias Press Trust of India dijo que se había confirmado un balance de 150 muertos y al menos 50 heridos. La mayoría de las víctimas murió ahogada dijeron las autoridades.
El accidente se produjo cuando una barandilla cedió por el peso de los peregrinos.
Esto llevó a la caída de muchos sobre el camino estrecho y abrupto que conduce al templo, localizado en lo alto de una colina. La situación causó una ola de pánico, según varios testigos.
La policía esperaba la presencia de 50.000 peregrinos en el festival, que debía durar una semana; sin embargo, eran muchos más.
Según imágenes de televisión, el número de peregrinos excedía la capacidad del templo; lugar santo del hinduismo localizado al pie del Himalaya.
Gran parte de las víctimas eran del estado vecino de Punjab. Sus cuerpos habían sido levantados del lugar cuando llegó la policía a colaborar en las tareas de socorro, las cuales además se vieron entorpecidas por la lluvia.
Pese a la tragedia, la peregrinación prosiguió apenas horas después de que fueran retirados los últimos cadáveres.
Las avalanchas humanas en templos son frecuentes durante las grandes fiestas religiosas celebradas en India, donde las medidas de control de grandes concentraciones de personas son, a menudo y si las hay, rudimentarias.
En julio, seis personas fallecieron en un accidente similar en la celebración de un festival hindú en el estado de Orissa.
En marzo pasado, nueve personas murieron y decenas resultaron heridas en el centro de India después de que la ruptura de una barandilla en otro templo provocara otra estampida de más de 100.000 peregrinos. En enero del 2005, 257 personas murieron como consecuencia de otra avalancha ocurrida en Satara, a 300 kilómetros al sur de Bombay.
