Moscú. En el primer caso de espionaje contra un ciudadano estadounidense desde el apogeo de la Guerra Fría, Rusia acusó formalmente ayer a un ingeniero de California de "obtener información secreta".
El Servicio Federal de Seguridad, antiguo KGB, presentó cargos contra Richard Laureen Bliss, de 29 años, en función del artículo 276 del Código Penal ruso, relativo al espionaje de extranjeros.
Si fuera convicto en un juicio, Bliss podría ser condenado a la cárcel por un período entre 10 y 20 años.
Pero la embajada estadounidense en Moscú negó rotundamente que el acusado trabajara para ningún organismo oficial de los Estados Unidos, y dijo que "desde luego no es un espía".
Ingeniero de la empresa de telecomunicaciones Qualcomm Inc., de San Diego, California, Bliss fue detenido el pasado 25 de noviembre en Rostov, ciudad al sur de Moscú junto al mar de Azov.
Otro empleado de Qualcomm, Rot Holt, fue detenido y liberado después en el mismo incidente, que no se anunció públicamente hasta el pasado lunes 1º de diciembre.
Valeri Diatlenko, director del SFS en Rostov, declaró que la actividad de espionaje de Bliss estaba "probada".
La acusación contra Bliss es la primera contra un ciudadano de los Estados Unidos en Rusia desde que en 1960 la defensa aérea soviética derribó con un misil un avión-espía U-2 pilotado por el capitán Gary Powers.
Salvado al lanzarse en paracaídas, Powers pasó dos años en prisión hasta que fue canjeado.
El antecedente más cercano de acusación formal contra un occidental fue el llamado "caso Penkovski-Wynn" en 1993.
Oleg Penkovski, coronel de espionaje militar ruso, huyó al descubrirse su vinculación con los servicios secretos del Reino Unido, pero el hombre de negocios G.M. Wynn fue condenado en Moscú a ocho años de cárcel.
Ni las autoridades rusas ni la embajada estadounidense explicaron por qué se había tardado seis días en dar cuenta de la detención de Bliss.
Tampoco comentaron si la acusación de espionaje contra un ciudadano de Estados Unidos después de 37 años podría repercutir en las relaciones Moscú-Washington, mucho más cálidas y hasta amistosas desde el fin de la Guerra Fría y el colapso de la URSS en 1991.
Los cargos contra Richard Bliss se basaron en principio en el uso de un aparato GPS (Global Positioning System), que indica a través de su receptor de señales por satélite las coordenadas con un error máximo de cien metros.
Al conocer la detención de Bliss en el último día de estancia en Rusia, tras una misión de dos meses, Qualcomm emitió un comunicado sobre la naturaleza legal de su trabajo.
Según la empresa, Bliss y su compañero estaban tomando mediciones geodésicas y topográficas para la instalación de una red de telefonía móvil en Rostov, bajo contrato con la compañía rusa Rostrovelektrosviaz.
Qualcomm añadió que anteriormente ya había instalado una red similar en la ciudad de Cheliabinsk, en los Urales.
La detención de Bliss y su acusación formal coincidieron con una serie de informaciones en Rusia, Estados Unidos, Alemania y otros países europeos sobre una "reactivación" del espionaje ruso.