Roma. EFE y DPA. El Instituto para las Obras de la Religión (IOR), llamado Banco del Vaticano, se vio salpicado a principios de la década de los 80 por el escándalo de la quiebra del Banco Ambrosiano de Roberto Calvi, quien apareció ahorcado bajo un puente de Londres en 1982 en el marco de toda la polémica.
El Banco Ambrosiano, del que el IOR tenía el 16% del capital y era su mayor accionista, quebró en 1982, debido a un “agujero” financiero de cerca de $600 millones en esa época.
El problema se derivó de la desviación de fondos para usos privados y para la subversiva logia masónica Propaganda Dos (P-2) , de Licio Gelli. La bancarrota de la entidad originó la quiebra de una treintena de empresas. En aquel momento, la Justicia italiana consideró la posibilidad de acusar al entonces presidente del Banco, el arzobispo Paul Marcinkus, pero su inmunidad diplomática como prelado del Vaticano lo protegió.
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