Bogotá. En medio de una ola de sabotajes rebeldes contra la infraestructura vial y energética, millones de colombianos participaron ayer en la primera vuelta de las elecciones presidenciales para seleccionar a un líder capaz de reducir la intensidad del conflicto armado.
Creo que estamos posiblemente ante uno de los procesos electorales más difíciles de la historia reciente de Colombia. Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) le han declarado la guerra al pueblo, dijo el presidente Andrés Pastrana, al inaugurar las elecciones.
"En estas elecciones vamos a salir a decirle a los violentos que es a través de los votos y no de las balas como van a lograr sus objetivos", aseguró.
El ministro del Interior, Armando Estrada, dijo tras finalizar las elecciones que en 11 municipios no hubo elecciones y en otros no hubo resultados porque fueron destruidos todos los materiales de carácter electoral.
Agregó que fueron reportados incidentes violentos aislados en diversas regiones del país, que dejaron al menos 11 muertos, entre guerrilleros y paramilitares, y ocho coche bombas hallados por las autoridades.
Unas 23.000 personas no pudieron sufragar por este motivo en los municipios comprometidos de los 1.097 que tiene Colombia.
"El balance es positivo (...) donde no pudieron efectuar elecciones fue por amedrentamiento de la guerrilla", dijo Estrada.
También se registraron ayer domingo algunos combates esporádicos, hostigamientos armados y bloqueos de rutas por parte de los insurgentes.
Bajo el "Plan Democracia" se ha dispuesto que unos 200.000 soldados y policías vigilen la jornada electoral.
Además, decenas de aeronaves y lanchas artilladas recorrían ayer la intrincada geografía colombiana para garantizar la seguridad de los electores. Las principales ciudades han sido militarizadas.
Estados Unidos también autorizó a la Policía Nacional el uso de los helicópteros donados para la guerra antidrogas en operativos relacionados con los comicios.
La Registraduría Nacional ha trasladado unas 500 mesas de votación desde poblados afectados por la violencia a las cabeceras municipales. Las elecciones legislativas del 10 de marzo no se pudieron realizar en 15 municipios por interferencia de la guerrilla.
Estos presentes comicios se realizan en medio de una fuerte tensión, debido a las presiones contra los votantes que estarían efectuando grupos paramilitares y guerrilleros.