El fenómeno climático de El Niño se ha convertido en tabla salvadora del presidente peruano Alberto Fujimori, al situarlo de nuevo en el centro de atención mundial y ayudarle a recuperar terreno en las encuestas de popularidad.
Desde finales de 1997, se ha hecho costumbre ver a Fujimori en "jeans" y con botas de plástico, rescatando a damnificados y entregando víveres.
Mientras muchos aplauden sus esfuerzos, sus detractores dicen que está explotando su imagen cínicamente con miras a una posible reelección en dos años.
El mandatario se defiende señalando que "es su estilo", pero la realidad es que, a pesar de las críticas de la oposición y de algunos medios de prensa, está ganando nuevamente popularidad.
"Se comprueba una vez más que, frente a la agresión de un adversario común, la opinión pública tiende a aglutinarse tras su máxima autoridad, en la medida en que esta asuma una posición decidida ante dicha agresión", comentó la empresa Apoyo en un estudio de opinión realizado esta semana.
Al igual que cuando el conflicto fronterizo con Ecuador, en enero de 1995, y el fin de la crisis de los rehenes, en abril de 1996, Fujimori está capitalizando el manejo del fenómeno climático que ha causado más de 200 muertes hasta ahora en Perú.
Luego de tener durante varios meses sus niveles de aprobación por debajo del 35 por ciento, el más bajo de sus dos períodos presidenciales, el mandatario peruano, de 59 años, subió en las últimas semanas hasta llegar al 45 por ciento, debido a su labor para enfrentar los desastres de El Niño.
"Fujimori es un político sagaz y está sacándole el máximo jugo a los desastres. Esto puede ser favorable para su posible reelección si no comete más errores", dijo a Reuters un analista de una empresa encuestadora.
La opinión pública nacional y extranjera ha podido ver imágenes de Fujimori, ingeniero agrónomo de profesión, manejando tractores, martillando techos de viviendas, entregando ropa a cientos de damnificados y dirigiendo labores de rehabilitación de carreteras destruidas.
Incluso, en algunas ocasiones, ha puesto a la disposición su helicóptero personal para trasladar a afectados desde los techos de sus casas, inundadas por agua y lodo.