La corriente de El Niño causa desastres naturales en todo el mundo desde hace por lo menos 15.000 años, según una investigación geológica realizada en los Andes ecuatorianos y divulgada ayer.
El estudio de los sedimentos geológicos de la laguna Pallcacocha, en Ecuador, ha confirmado que los efectos de esta corriente existen desde mucho antes de lo que se creía hasta ahora, aunque se ha intensificado en los últimos 5.000 años.
La revista Science recoge en su última edición esta investigación, realizada por un grupo de geólogos del Union College, en Nueva York, dirigidos por Don Rodbell.
Los estratos del fondo del lago, que han permanecido inalterados durante miles de años, conservan un registro fidedigno sobre las variaciones climáticas en cada época, fuertes lluvias, inundaciones o efectos del calentamiento global.
El Niño, que lleva el nombre del Niño Dios, debido a que los pescadores ecuatorianos y peruanos percibían sus efectos cada año en la Navidad, es una corriente de agua cálida cuya evolución provoca cambios climáticos drásticos que afectan, en distinta medida, a todo el mundo.
Se origina en el oeste tropical del océano Pacífico, migra hacia la costa americana y provoca inundaciones y cambios en el clima de amplias regiones del planeta.
Hasta ahora, los científicos habían podido comprobar el rastro dejado por la corriente unos 2.000 años atrás, pero la investigación geológica ha permitido indagar en lo ocurrido en los últimos 15.000 años, el período en el que el hombre comenzó a ser agricultor, a pescar y criar ganado y era, por tanto, más vulnerable a las pérdidas en lo que constituye su sustento.
El estudio divulgado ahora, que los investigadores consideran un sólido paso adelante, puede ayudar a predecir qué es lo que ocurrirá en el futuro, tras conocer las tendencias que han seguido en los últimos 15.000 años.