Las dos autopsias realizadas al presidente John F. Kennedy, muerto en un atentado en Dallas en 1963, pudieron haber estudiado dos cerebros diferentes, según un informe del Tribunal de Revisión de Actas de Asesinatos.
El documento, que se ha hecho público ahora, muestra discrepancias notables entre las fotografías y testimonios que rodearon ambas autopsias, realizadas con tres días de diferencia, entre el 22 y el 25 de noviembre de 1963, según informó ayer el diario The Washington Post.
El presidente Kennedy fue asesinado en Dallas, Texas, en el interior de un automóvil descapotable en el que también viajaba su esposa, Jackeline Kennedy.
La dirección de los disparos que le causaron la muerte ha sido uno de los aspectos que más controversia ha suscitado en este atentado, que permanece sin ser aclarado, tanto en la autoría como en la forma en que fue cometido.
El informe del tribunal gubernamental indicó que las fotografías tomadas en la autopsia practicada el día 22 de noviembre, cuando se cometió el atentado, mostraban un cerebro dañado en su parte frontal por los disparos, mientras que las del día 25, tres días después, mostraban un daño posterior.
Las contradicciones, para las que el tribunal investigador no aventura una explicación, son patentes también en la envergadura del daño que presentaba el cerebro, prácticamente destrozado en uno de los casos y mucho menos dañado en el otro.
El Tribunal de Revisión de Actas de Asesinatos, integrado por cinco miembros, finalizó sus trabajos el pasado 30 de septiembre, bajo la dirección de Douglas Horne, un antiguo oficial de la Marina.
Horne ha declarado recientemente en una entrevista que tiene "entre un 90 y un 95 por ciento de seguridad de que las fotografías de los Archivos no son del cerebro del presidente Kennedy".
El informe recoge los polémicos testimonios de los fotógrafos que tomaron imágenes de cada una de las autopsias, Francis O'Neill, en la del día 22, y John Stringer en la del día 25.
"Si no lo son, esto solo puede tener un significado. Que hubo una operación de encubrimiento de las pruebas médicas", señaló Horne.
Más de 30 años después de su muerte, aún no puede asegurarse que el único autor de los disparos fuera Lee Harvey Oswald, si hubo o no conspiración, cuántos proyectiles se dispararon o cuál fue la trayectoria de las balas.
La Comisión Warren, nombrada para esclarecer el caso, tampoco arrojó una luz definitiva sobre el asesinato que más ha conmocionado a los estadounidenses.