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Mientras, los ultracatólicos se manifiestan frente al Theatre de la Ville donde se exhiben las esculturas “Sobre el concepto del rostro del Hijo de Dios”, pues consideran que tiene escenas “blasfemas”.
El sociólogo Odon Vallet opinó que este endurecimiento en torno al fenómeno religioso se relaciona con la inmigración.
“Muchos piensan que los inmigrantes deben respetar la tradición cristiana del país en que viven. Por eso se oponen por ejemplo al uso del velo”, explicó Vallet.
El experto subrayó que también influye la crisis económica.
Vallet hizo referencia a que la población musulmana en Europa es una de las más afectadas por el desempleo, la marginación y el racismo, y que por eso “sienten que un ataque al profeta es un ataque contra ellos”.
“Y al mismo tiempo, los cristianos en Europa tienen cada vez más la sensación de que son una minoría poco respetada”, agregó Vallet.
La ensayista Caroline Fourest, publicó un artículo en el diario
Para Fourest, esto plantea “un riesgo muy serio a la democracia y al debate de ideas”, porque se utiliza Internet y las redes sociales para fines de censura.
“No solo no sienten respeto por la libertad de pensar y crear, sino que no tienen ningún (sentido del) humor”, afirmó Fourest.
“Son incapaces de diferenciar entre la crítica de identidades (ser musulmán o católico) y la crítica de ideas (la religión)”, concluyó.