
Nueva York. AFP. Estados Unidos y Cuba, que dieron tímidas señales de deshielo desde la llegada al poder del presidente Barack Obama, reanudaron ayer un diálogo migratorio suspendido desde 2003.
En la cita, EE. UU. se comprometió “a promover una migración segura, ordenada y legal”, indicó el departamento de Estado en un comunicado al final del encuentro.
Se trata de conversaciones diplomáticas a nivel técnico que se realizaban dos veces al año (alternadamente en Estados Unidos y Cuba) pero que estaban suspendidas desde la era de tensión con el gobierno de George W. Bush.
En esa época, Cuba temía una invasión militar norteamericana, según reveló posteriormente el presidente Raúl Castro al Consejo Nacional de Defensa.
Tras el cambio en la Casa Blanca, Obama autorizó en abril viajes y transferencias de dinero a Cuba por parte de ciudadanos estadounidenses de ascendencia cubana.
Posteriormente, el departamento de Estado indicó que representantes de ambos países habían iniciado discusiones a fin de intentar relanzar el diálogo migratorio.
Según el departamento de Estado, al reanudar las reuniones ayer , Washington reafirma su interés por continuar discusiones constructivas con el gobierno de Cuba en temas de interés común.
EE. UU. se comprometió a otorgar 20.000 visas anuales a cubanos, y Cuba, a recibir sin tomar represalias a quienes intentendejar la isla y sean capturados en el mar por los guardacostas norteamericanos.
En Nueva York, el gobierno de Obama precisó que discutió con los representantes cubanos los puntos de “cooperación exitosa” así como los obstáculos a una plena implementación de los acuerdos.
Entre sus prioridades, Washington identificó asegurarse que su sección de intereses en La Habana funcione sin problemas, el acceso a un puerto de aguas profundas para repatriar a los migrantes, asegurarse de su bienestar, y poder devolver a aquellos que tengan antecedentes penales.