París. AFP. Los países árabes y occidentales reunidos en París pidieron hoy al Consejo de Seguridad de la ONU que adopte una resolución obligatoria que incluya una amenaza de sanciones contra Damasco, en el momento en que se anunciaba la deserción de un alto oficial del régimen.
Un centenar de países Amigos del Pueblo Sirio, reunidos por tercera vez, recalcaron en sus conclusiones que el presidente sirio “Bashar al Asad debe abandonar el poder”.
Pidieron al Consejo de Seguridad que “desempeñe su papel (...) adoptando urgentemente”una resolución “bajo el capítulo VII” para hacer aplicar los acuerdos internacionales sobre una transición política en Siria, país en el que 16 meses de represión y combates causaron más de 16.500 muertos, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, organización con sede en Londres.
El capítulo VII de la Carta de las Naciones Unidas permite decidir sanciones e incluso un recurso a la fuerza contra quienes no respeten una resolución.
Las conclusiones publicadas hoy limitan en la fase actual los medios de presión a la amenaza de sanciones “que no impliquen el empleo de la fuerza armada”, en virtud del artículo 41 de la Carta. No obstante, el artículo 42 indica que si el Consejo de Seguridad estima que las medidas tomadas en el marco del artículo precedente son “inadecuadas”, puede recurrirse al uso de la fuerza.
El ministro alemán de Relaciones Exteriores Guido Westerwelle explicó que medidas militares serían discutidas “quizás en otras reuniones, si la aplicación de sanciones no producen los progresos que debieran”.
Los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad se pusieron de acuerdo el sábado pasado en Ginebra sobre una transición con un gobierno del que podrían formar parte miembros del poder actual y de la oposición, y sobre la necesidad de aplicar el plan del emisario internacional Kofi Annan. Este prevé, entre otras medidas, un alto el fuego, que nunca fue aplicado.
Pero los países occidentales consideran que el acuerdo de Ginebra implica la partida de Al Asad, mientras que Rusia y China estiman lo contrario, y consideran que corresponde al pueblo sirio decidir al respecto.
Los occidentales argumentan ahora que, dado que Rusia y China aceptaron el plan Annan y el acuerdo de Ginebra, deben aceptar también que Siria sea sancionada si no los aplica.
“Es necesario recurrir de nuevo al Consejo de Seguridad y exigir la aplicación del plan de Ginebra, que Rusia y China aprobaro”", declaró la secretaria de Estado norteamericana Hillary Clinton.
China y Rusia, que tienen derecho de veto en el Consejo de Seguridad, impidieron hasta ahora que se aprueben resoluciones contra Siria en el marco de la ONU.
Siria es empero objeto de sanciones tomadas unilateralmente por Estados Unidos, la Unión Europea y la Liga Árabe.
Francia y Estados Unidos criticaron el viernes a Rusia y China, países a los que Clinton acusó de “bloquear los progresos” en el caso sirio.
“En el momento en que estamos de la crisis siria, ya no es contestable que esa crisis se ha convertido en una amenaza para la paz y la seguridad internacional”, declaró al abrir la conferencia el presidente francés, François Hollande, aludiendo a Rusia, que rehusa la injerencia en los asuntos de otro país y boicoteó la reunión de París.
“A quienes sostienen que el régimen de Bashar al Asad, aunque sea detestable, puede permitir evitar el caos, les digo que tendrán el régimen más detestable y el caos. Y el caos amenazará a sus intereses”, agregó Hollande.
El vicecanciller ruso Serguei Riabkov desestimó las críticas al afirmar que rechaza categóricamente “la formulación según la cual Rusia apoya al régimen” de Al Asad.
Los participante en la reunión de París decidieron asimismo "aumentar masivamente la ayuda a la oposición" en particular proporcionándole "medios de comunicación", e instaron a los opositores, cuyas divisiones fueron manifestadas nuevamente esta semana, a "concentrarse en sus objetivos comunes".