Washington . La clonación de un ser humano podría intentarse en el plazo de un año, pero una investigación reciente asegura que incluso clonar animales es una técnica ineficaz y peligrosa.
Este nuevo estudio, de la Universidad de Hawai y el Instituto Biomédico Whitehead, de Massachusetts, aparece en un momento en el que varios grupos, incluida la secta de los raelianos, anunciaron que poseen la técnica y los fondos para lograr un ser humano idéntico a otro.
Los raelianos, quienes afirman que los seres humanos procedemos de los extraterrestres, crearon la organización científica Clonaid, cuya responsable, Brigitte Boisselier, anunció la semana pasada que conseguirán la clonación en un año y, si las autoridades tratan de impedirlo, lo harán fuera de Estados Unidos.
Muchos riesgos
Investigadores del Instituto Biomédico Whitehead informaron de que los embriones logrados mediante clonación "pueden producir organismos que sean anormales".
Los científicos, que publicaron su trabajo en la revista Science , investigaron la clonación en ratones a partir de células embrionarias stem (célula madre).
Este tipo de células, que en los seres humanos determinan su desarrollo, son las más prometedoras para la ciencia, porque pueden dar lugar a cualquier tipo de tejido tras ser cultivadas.
Son, sin embargo, polémicas, porque su uso en investigación científica supone destruir los embriones de los que proceden, a lo que se oponen los grupos contrarios al aborto y algunos miembros prominentes del Partido Republicano.
Rudolf Jaenisch y Ryuzo Yanagimachi, junto a varios colaboradores en sus laboratorios, estudiaron el desarrollo de los genes en los ratones clonados, para comprobar si las pautas que los controlan se mantienen en los embriones obtenidos.
Esas pautas no afectan a la secuencia genética principal, por lo que si se produjeran aberraciones en ellas no sería detectable de inmediato e incluso el animal puede alcanzar la fase adulta sin problemas aparentes, han explicado.
Los investigadores encontraron que las células embrionarias stem son "extremadamente inestables" en un cultivo y, a medida que se dividen, pierden las pautas que hacen que los genes se activen o se desactiven en el desarrollo.
"Esto sugiere que, incluso en clones aparentemente normales, pueden existir aberraciones ocultas en la expresión de los genes, que no tienen por qué ser detectadas en el animal clonado", afirma Rudolf Jaenish.