La epidemia del síndrome respiratorio agudo y grave (SARS), que paraliza China desde hace un mes, parece estar decreciendo.
Ayer, por quinto día consecutivo, el Ministerio de Sanidad reveló la cifra más baja de nuevos casos y muertos por la enfermedad, 28 y dos, respectivamente.
Los fallecimientos se produjeron en Pekín, donde también se han registrado solo 17 nuevos pacientes con el letal virus.
En los peores momentos de la epidemia, se informaba diariamente de un centenar de nuevos casos.
La alarma creada entonces coincidió con una paralización total de las actividades sociales de la capital y el regreso de una gran parte de la comunidad extranjera a sus países de origen.
En la capital china han fallecido un total de 146 personas por la también llamada neumonía atípica y se han infectado otras 2.462, mientras que la cifra se eleva a 284 víctimas mortales y 5.233 casos en todo el país.
Hasta ahora, 2.077 personas han sido dadas de alta de los hospitales de Pekín tras haberse recuperado totalmente del virus, cuyo primer caso se dio en la provincia meridional de Cantón a mediados de noviembre pasado.
En escala mundial, el SARS ha afectado en una treintena de países en cinco continentes.
Sin bajar la guardia
A pesar de la tendencia decreciente en el país asiático, los expertos de la Organización Mundial de la Salud y las autoridades chinas no bajan la guardia en todos los frentes posibles.
El punto débil del gigante chino es el mundo rural, donde a pesar de que se han dado solo el 6 por ciento de los casos, un eventual avance de la epidemia supondría un desastre sin precedentes.
Si Cantón y Pekín, que gozan de las mejores condiciones sanitarias del país, han sufrido aprietos para controlar el padecimiento, las zonas campesinas tendrían graves inconvenientes para atacar la neumonía atípica.
En las zonas rurales chinas viven cerca de 800 millones de personas en pésimas condiciones socioeconómicas.
Los campesinos, tanto emigrantes a grandes ciudades como los que se dedican a la agricultura, son además uno de los colectivos que más sufrirá económicamente por esta epidemia.