Londres. AFP, DPA La alerta por amenaza terrorista en Londres sembró ayer el caos en el cielo europeo, con el refuerzo de la seguridad en aeropuertos, cancelaciones de vuelos y retrasos considerables.
Un total de 302 vuelos que debían llegar al aeropuerto londinense de Heathrow y 309 que debían despegar de sus pistas fueron anulados tras desbaratarse un plan para hacer estallar aviones comerciales entre Gran Bretaña y Estados Unidos, informaron fuentes aeroportuarias.
A petición del operador aeroportuario británico BAA, todos los vuelos de medio recorrido con destino u origen Heathrow fueron suspendidos por la mañana, una restricción levantada a última hora de la tarde.
Además, los aeropuertos de todo el mundo reforzaron sus medidas de seguridad y el tráfico aéreo resultó severamente afectado.
Se incrementaron los controles de los equipajes de mano, ya que, según Scotland Yard, los terroristas pretendían introducir los explosivos en los aviones escondiéndolos en este tipo de equipaje. Al parecer, los expertos sospechan que pretendían hacer volar los aviones con explosivos líquidos.
En Estados Unidos, los viajeros ya no pueden subir en sus equipajes de mano bebidas, gel para el pelo, lociones u otros líquidos, que tendrán que ser facturados. Las únicas excepciones son la leche para los bebés y algunos medicamentos.
En Alemania, la compañía aérea Lufthansa debió cancelar 36 vuelos desde y hacia Heatrow, lo que afectó a unos 5.000 pasajeros. Tres aviones de esta empresa tuvieron que cambiar de rumbo en pleno vuelo y volver a los aeropuertos de Fráncfurt, Hamburgo y Dusseldorf.
En Francia, el ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, ordenó revisar el 100% de todo el equipaje de mano de pasajeros que viajan a EE. UU., Gran Bretaña e Israel.