El ministro de Relaciones Exteriores mexicano, Luis Ernesto Derbez, viajará mañana a La Habana para intentar reconstruir los puentes diplomáticos entre México y Cuba, que en dos años pasaron de la histórica amistad a la hostilidad abierta.
Las relaciones entre ambos países tocaron fondo con el llamado del embajador mexicano en Cuba el 2 de mayo último y la expulsión del embajador de Cuba en México.
Medios oficiales mexicanos esperan que durante esta visita se anuncie el retorno de los respectivos embajadores de ambos países tras el encuentro previsto en La Habana entre Luis Ernesto Derbez y su homólogo cubano, Felipe Pérez Roque.
Este último se refirió a esa decisión durante la cumbre América Latina-Unión Europea en Guadalajara el 27 de mayo pasado.
“Se tratará de un primer paso para detener el deterioro de las relaciones, pero insuficiente para restablecer los muy particulares vínculos entre ambos gobiernos”, dijo.
Fue en México que Fidel Castro preparó el lanzamiento de la guerrilla que lo llevó al poder en 1959. Y solo México, entre los países latinos, mantuvo relaciones diplomáticas tras la ruptura a principios de los años sesenta de las relaciones con La Habana decidida por la Organización de Estados Americanos (OEA), bajo presión de Estados Unidos.
El encanto se rompió públicamente en febrero de 2002 durante la visita a Cuba de Vicente Fox.
El presidente mexicano se reunió allí con disidentes cubanos y su entonces ministro de Relaciones Exteriores, Jorge Castañeda, anunciaba que “la relación con la revolución cubana está terminada y comienzan las relaciones con la República de Cuba”.
Desde entonces, las relaciones empeoraron. Por primera vez en 2002 México condenó a Cuba en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra.
Fidel Castro fue más lejos al hacer pública una conversación telefónica con Fox, en la que este le pedía que acortara su agenda en la cumbre sobre Desarrollo de Monterrey para evitar un conflicto con el presidente estadounidense, George W. Bush.