
TIRANA (AFP) - El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, descartó el domingo un "diálogo interminable" sobre Kosovo y, en plena crisis de relaciones con Rusia, amenazó con ignorar la oposición de Moscú para fijar la independencia de la provincia serbia de mayoría albanesa.
Si estadounidenses y europeos, favorables a la independencia de Kosovo, no llegan rápidamente a un acuerdo con rusos y serbios, que son hostiles al proyecto, "ustedes deben decir: "ya basta, Kosovo es independiente", declaró Bush en Tirana, durante la primera visita a Albania de un presidente estadounidense.
Si no puede llegarse a un entendimiento, "en un plazo relativamente rápido, a mi parecer, debemos presentar la resolución" en el Consejo de Seguridad de la ONU que conduzca a Kosovo a una independencia casi total, "es lo que fecha límite quiere decir", afirmó en este país del sureste de Europa vecino de Kosovo.
En Belgrado, una fuente de la oficina del primer ministro, Vojislav Kostunica, indicó bajo anonimato que el gobierno serbio proclamaría, "inmediatamente nula y sin valor" toda declaración unilateral de independencia por parte de Kosovo.
Una eventual luz verde estadounidense a una proclamación unilateral de independencia kosovar significaría "que Estados Unidos bombardeó en 1999 con el objetivo de arrebatar a Serbia el 15% de su territorio", declaró por su parte Andrija Mladenovic, portavoz del Partido Democrático de Serbia (DSS) de Kostunica.
Las declaraciones de Bush pueden tensar todavía más las relaciones con Rusia, crispadas debido al proyecto antimisiles estadounidense en Europa.
"La cuestión es saber si habrá un diálogo interminable acerca de algo sobre lo cual ya hemos decidido. Pensamos que Kosovo tiene que ser independiente", agregó en una rueda de prensa conjunta con el primer ministro albanés, Sali Berisha.
La provincia de Kosovo, cuyos habitantes son en un 90% albaneses, está administrada por la ONU desde 1999 tras ser bombardeada por la OTAN para que cesara la represión de las fuerzas serbias contra los separatistas albaneses, que reclaman su independencia.
Europeos y estadounidenses apoyan el plan del mediador Martti Ahtisaari, que otorga una independencia casi total a la provincia bajo vigilancia internacional, a lo cual se oponen Serbia y su tradicional aliado, Rusia.
El Consejo de Seguridad, que debe decidir sobre el estatuto de la provincia, trabaja actualmente en una resolución tratando de obtener la adhesión de Rusia, que dispone de derecho de veto.
La secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice va a "trabajar duro para ver si podemos lograr un acuerdo, y si no lo logramos, deberemos avanzar; el objetivo es la independencia", declaró Bush en Albania.
El mandatario estadounidense no sólo reafirmó su apoyo a la causa kosovar, sino también a una integración de Albania en la OTAN, por poco que siga trabajando en satisfacer los criterios requeridos.
Esto le valió a Bush --que la víspera fue abucheado por decenas de miles de personas en Roma-- una calurosa bienvenida de miles de albaneses, algo a lo que ya no está acostumbrado.
Sus declaraciones, en cambio, podrían no gustarle a su "amigo" y homólogo ruso Vladimir Putin.
Una explicación al margen de la cumbre del G8, el jueves en Alemania, rebajó el tono entre las capitales, que recientemente despertó ecos de guerra fría.
Putin le pidió a Bush que revisara completamente el proyecto estadounidense de extender a Europa su escudo antimisiles. Rusia estaría entonces dispuesta a cooperar en un proyecto que actualmente parece, según Putin, una reactivación de la carrera armamentística.
Bush mantuvo el domingo su reserva frente a la propuesta rusa.
Habló de "gesto muy positivo", que significa según él que Putin reconoce "una oportunidad de cooperar".
Pero el presidente norteamericano evitó expresarse sobre las consecuencias de la oferta rusa para las negociaciones relativas al escudo entabladas con Polonia y República Checa.
Tras pocas horas en Albania, Bush viajó el domingo por la tarde a Sofía, la capital de Bulgaria desde donde partirá el lunes rumbo a Washington tras una gira de una semana.
© 2007 AFP