
Buenos Aires. AP. El Gobierno de Argentina negó ayer que el bloqueo de las plantas impresoras de dos diarios muy críticos con el oficialismo haya sido un ataque a la libertad de prensa.
El ministro de Trabajo, Carlos Tomada, atribuyó a un conflicto laboral el hecho que impidió el domingo la salida de Clarín y su diario deportivo Olé , y dificultó la distribución de La Nación en la capital y sus alrededores.
El bloqueo a las plantas impresoras lo realizaron trabajadores gráficos a los que se unieron miembros del gremio de los camioneros y generó el rechazo de todo el espectro opositor, empresarios, juristas y la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (Adepa).
La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) calificó el incidente de atentado a la libertad de prensa y cuestionó que los autores de la protesta actuaran con impunidad ante la inacción de la Policía. Señaló que recientes fallos judiciales ordenaron que el Gobierno debe garantizar la circulación de los medios.
El funcionario se refirió a las quejas de sindicalistas de Artes Gráficas Rioplatenses (AGR) que dicen sufrir persecución y discriminación laboral por parte de sus empleadores a raíz de que hace años lograron la reincorporación de trabajadores que habían sido despedidos. “ Clarín cree que está exento de cumplir la legislación argentina en materia de representación sindical en todas sus empresas. Se ha encargado sistemáticamente de suprimir la actividad sindical”, afirmó el funcionario.
En protesta, Clarín salió ayer con su portada en blanco. En su interior, indicó que este bloqueo, similar a otros sufridos desde noviembre, se produjo en medio de una escalada de ataques a funcionarios del Gobierno.